Salvo ya tiene mimbres

El nuevo pívot de Baloncesto León se entrenó ayer con el equipo antes de ser presentado oficialmente. El presidente del club recordó sus orígenes en la liga universitaria americana y dejó claro que sus problemas en un club ucraniano y posteriormente en otro italiano fueron sólo económicos ya que tuvo que abandonar los equipos porque no le pagaban. Ahora viene de la liga ABA americana donde logró un promedio de 13,9 puntos y nueve rebotes jugando treinta minutos. Pardo planteó que este jugador tampoco es una estrella sino una pieza para cubrir carencias en el equipo, al que dotará si responde a las expectativas de «más cuerpo». Según el presidente, Evans «ayudará al juego interior y dará más soltura a otros jugadores». El estadounidense se mostró muy satisfecho por su venida a León y se definió como un buen reboteador, con capacidad para marcar muchos puntos desde la pintura, un buen pasador y un buen defensa como poste bajo. Sobre la situación de su nuevo club, Evans calificó, de «buenos jugadores» a los compañeros con los que compartió ya el primer entrenamiento, y alabó su «trabajo duro» por lo que auguró que podrán «tirar del equipo». El pívot, de 2,03 de altura y 118 kilos de peso, aseguró que físicamente se encuentra bien ya que ha estado entrenado con un equipo y ha viajado durante las últimas dos semanas. León puede ser «una buena plaza para empezar» su consolidación en Europa después de los dos intentos frustrados, aunque se muestra muy interesado por jugar en España, ya que aseguró que la liga es muy buena. El contrato de Evans liga al jugador con el equipo hasta final de temporada. Su llegada complementa el contrato de Tchiloemba firmado la semana pasada y la llegada del base Larragán. Con los tres refuerzos León debe afrontar una nueva etapa tras un comienzo de temporada en el que sólo logró dos victorias y seis derrotas. La llegada de Evans se precipitó tras la salida de Decker, que rechazó una renovación temporal.