No es oro todo lo que reluce

El fútbol a simple vista sólo son resultados y si un equipo va en la parte alta de la tabla es que lo está haciendo bien y si va en la parte baja es que lo hace mal. Esta es la forma que tienen gran cantidad de aficionados de enjuiciar y definir la trayectoria de un equipo, sólo por el hecho de ganar o perder. Es cierto que lo que al final importa es la posición que ha ocupado cada conjunto, pero también no lo es menos que hay que analizar los factores que suceden durante la temporada, así como los objetivos marcados en su principio. Este deporte no es una ciencia exacta y por eso tiene esta grandeza. Lo mismo puede vencer un equipo de mayor o menor presupuesto, uno que este ubicado en la parte alta que uno que lo esté en la baja. Para poder hablar y analizar a un equipo hay que conocer lo que realmente ocurre desde dentro y no lo que cada uno pueda o quiera ver desde fuera. La realidad es la que cuenta y al cabo de una temporada hay tiempo suficiente para hacer balance. Las disculpas no existen, solamente los hechos ponen a cada uno en su sitio y ante eso sobra cualquier discusión. La Bañeza continúa una jornada más con su condición de líder y conjunto invicto en Liga. Las diferencias cada vez son más notables en la clasificación y su regularidad, más evidente. La perfecta conjunción del grupo hace competitiva cualquier alineación que su técnico Luis Carnicero presente, independientemente de cual sea el jugador que salte al terreno de juego. Esas posibilidades ya las quisieran tener muchos entrenadores, aunque en su contra puede pesar el descontento de los jugadores que quedan fuera. La trayectoria continúa siendo intachable y el gran momento de forma de algunos futbolistas, así como su enorme calidad, pueden llegar a solucionar un partido en cualquier instante. El mérito es de todos, desde el presidente, pasando por directiva, entrenador y cuerpo técnico, hasta llegar a los principales actores: los jugadores. El Promesas Ponferrada está dispuesto a demostrar que se debe contar con él para la lucha por los puestos de privilegio. Ir de menos a más está siendo su brillante caminar en la competición. Tras unos comienzos titubeantes, la adaptación de este conjunto no ha podido ser más positiva y de una forma más rápida. La gran ilusión de su presidente, así como el gran trabajo del cuerpo técnico y jugadores, parece empezar a tener su recompensa. El discurrir de la temporada dirá su verdadera meta. La Hullera no acaba de romper su mala racha tras tres derrotas consecutivas. La joven plantilla parece estar pagando esa pequeña inexperiencia en determinados momentos que son claves para el transcurrir de un encuentro. Ni antes este conjunto era tan bueno, ni ahora es tan malo. Simplemente se dan situaciones en una temporada donde se intercambian los buenos con los malos resultados. La madurez y sabiduría de su técnico para salir de estas situaciones no tiene porque empañar la trayectoria de este conjunto. Ser el entrenador más veterano de este grupo debe servir para algo. El Atlético Bembibre mantiene su enorme regularidad en ambas facetas: defensiva y ofensiva. Ser, dentro del grupo VIII, el segundo equipo que menos goles ha recibido, así como el tercero que menos tantos ha materializado es la tarjeta que presenta para entender su trayectoria hasta ahora. Su actitud en el aspecto defensivo es excelente, siendo la faceta atacante el problema a mejorar. La solución debe encontrarse, porque jugarse todo a una carta suele ser algo arriesgado. La Cultural B es capaz de lo mejor y lo peor. Contrapone victorias sobre los gallitos como cesiones inesperadas de puntos ante los colistas. Los jugadores necesitaban este triunfo para creer en sus posibilidades, porque su calidad es incuestionable, sabiendo también ponerse el mono de trabajo. Lo conseguido en esta jornada es importante, sobre todo en el aspecto anímico, aunque ahora hay que refrendarlo en casa. De todo modos, hay que esperar acontecimientos, pues lo que hoy son sonrisas mañana pueden convertirse en lágrimas, y entonces...