Botero opta por el Telekom

El director deportivo del Kelme, Vicente Belda, reconoció ayer que el colombiano Santiago Botero, campeón del mundo de contrarreloj en 2002, está cerca de culminar su pase al Telekom alemán después de que el «escarabajo» rechazase la propuesta de renovación que la entidad ilicitana le presentó por tres años más y una mejora salarial a la altura de Óscar Sevilla. «Por los motivos que sea no quiere aceptar la renovación. Está en su libertad de quererse marchar, lo que es una pena», declaró Belda, en declaraciones al diario El País de Colombia, y en las que asegura que Botero será presumiblemente ciclista del Telekom la próxima campaña. «Me parece que las negociaciones andan en el tira y afloja. Hoy no sé nada sobre el tema, mañana tal vez sí», argumentó el director, quien asegura que el patrón del Kelme, «Pepe» Quiles, tiene la llave de su futuro. «El día que el patrón me diga que Santiago va a seguir corriendo con nosotros bienvenido sea y si me dice lo contrario, mala suerte porque perdemos un gran corredor», indicó. Belda lamenta la situación a la que se ha llegado. «A nadie le gusta tener una persona a disgusto en su equipo, pero tampoco vamos a dejarlo gratis», precisó el director deportivo, que advierte que al final de 2003 se verá quién perdió más: el Kelme sin Botero, o Botero sin el Kelme. Crisis económica Óscar Freire, el ciclista español de más prestigio internacional con sus dos títulos mundiales, y Aitor González, último ganador de la Vuelta, representan los ejemplos más claros de la crisis económica que atraviesa este deporte en España, donde los equipos no pueden impedir la emigración de los principales valores. Óscar Freire, maillot arco iris en 1999 y 2001, acaba de firmar por dos temporadas con el Rabobank holandés, equipo que no ocupaba el primer lugar de sus preferencias cuando empezaron las primeras conversaciones allá por el mes de julio. Al final fue la mejor opción del corredor cántabro, quien negoció con el iBanesto.com con la idea de volver a España. El aspecto deportivo pesó en el corredor cántabro, especialista en clásicas y necesitado de un equipo solvente a la hora de preparar una llegada masiva para aprovechar su fulminante final. Pero el económico estaba en la balanza y las pretensiones del ex corredor del Mapei no están al alcance de cualquiera. Aitor González se decantó por el Fassa Bortolo después de sus escarceos con el Acqua e Sapone. El vencedor de la Vuelta tampoco tuvo razones de peso para quedarse en España y ya apunta al Tour, siempre y cuando su escuadra no le obligue a tomar parte en el Giro como primer objetivo de la temporada. González ha entrado en un equipo muy remozado.