El fútbol patenta la racanería

Al contrario de lo que se podía esperar, el Depor-Barça no fue un partidazo, porque primaron las defensas y no hubo ataque ni atrevimiento hasta esos últimos minutos en los que el Barça pagó su conformismo. Ahora el Depor aventaja en dos puntos al Barça, que tendrá que mejorar muchísimo, en todas sus líneas, si no quiere olvidarse pronto del título. Depor y Barça no hicieron honor a la mejor Liga del mundo en una pobrísima primera parte en la que primó la táctica y no hubo emoción, porque las llegadas de ambos equipos fueron contadas y apenas hubo ocasiones. Lo más destacado ocurrió antes de cumplirse el primer minuto, cuando Makaay tuvo en sus botas el gol pero se encontró con Bonano. El resto fue para olvidar. Irureta y Van Gaal hicieron cambios y no sólo dieron resultado ofensivo, sino que fueron perjudiciales para el espectador. El técnico del Deportivo colocó a Makaay en la banda derecha y a Amavisca en la izquierda y antes de la media hora ya retiró al cántabro para unir a Acuña al ya de por sí poblado centro del campo y poner a Fran por la izquierda; y el del Barça recurrió a cuatro defensas y llevó al inédito Mendieta al centro y a la izquierda, dejando la banda derecha sólo para Reiziger, y la izquierda tampoco existió. En ataque, el lentísimo Barcelona se estrelló siempre con la defensa del Deportivo, que no pasó ningún apuro hasta la recta final del primer periodo, cuando se animaron algo los azulgrana. Nadie quería perder la posición atrás y el choque se desarrolló en el centro del campo, sin profundidad ni chispa por parte de nadie. Desgraciadamente, no cambió nada la decoración en la segunda hasta que se cumplió el cuarto de hora, cuando en un solo minuto el Barça, lo que ya fue una noticia increíble, tuvo tres oportunidades consecutivas, las dos primeras de Motta y la segunda respondida con un paradón por Juanmi, y la última de Cocu, que se marchó fuera. Pero después de ese arreón y esos sustos en el área del Deportivo el duelo volvió a su origen de sosería y aburrimiento. El juego del Barça, tocando con parsimonia y siempre intentándolo por el centro, seguía siendo monótono, y el Deportivo, más cansando, fue reculando y se dedicó aún más a contener. Pero llegó el gol de Scaloni. Al Barça le entraron entonces las prisas y le cayó un gol más, esta vez de Luque. El Barça tendrá que aprender de la experiencia.