El fracaso de la moción a Manuel Pérez se cobra sus primeras víctimas

Además, también Francisco Blasco presentó su dimisión como vocal de la RFEC. Las renuncias de Mariné, Sánchez y Blasco, ya anunciadas el pasado domingo al término de la asamblea, se suman a las dimisiones anteriores de otros dirigentes de la RFEC, entre ellos la del vicepresidente primero, José Griñán, que también fue uno de los impulsores de la moción de censura. En los próximos días, es posible además que se produzcan otras dimisiones en la directiva de la RFEC. El voto de censura contra Manuel Pérez, que fue superado por el presidente de la RFEC con escaso margen -58 votos en contra, 56 a favor, cuatro abstenciones y uno nulo-, contaba también con el apoyo de las federaciones de Madrid, La Rioja, Galicia y Melilla. Jordi Mariné explicó que la moción fue la «culminación de un tema que aún no ha terminado», en referencia a las presuntas irregularidades en la gestión de la RFEC que motivaron el voto de censura contra Pérez, quien en principio seguirá dos años más en el cargo hasta la celebración de las próximas elecciones. Mayor transparencia El presidente de la Catalana reclama a Pérez que sea «más transparente» ya que durante su mandato ha querido «tapar» algunas operaciones financieras, sobre todo la referente al CECAR valenciano, que calificó de club «fantasma» y «tapadera», y «todavía no ha dado una explicación convincente diciendo que no estaba enterado». Desde la RFEC, por otra parte, su presidente Manuel Pérez, comentó sobre los posibles sustitutos de los directivos que han dimitido que serán decididas «en los próximos días». Igualmente, debe nombrarse en breve al vicepresidente primero, ya que Enrique Franco, que ocupó este cargo desde la dimisión de José Griñán, manifestó que lo haría de forma interina hasta que se debatiese la moción.