«El objetivo es iniciarlas en rítmica»

Es posible que para las niñas suponga un gran esfuerzo el practicar este deporte, pero también les exige una tremenda dedicación a cada una de las monitoras que trabajan con ellas. Susana Laranjo lleva varios años realizando esas funciones y explica cómo se desarrolla esa labor «dividimos a las niñas en dos grupos, el A y el B, en función de su nivel, de ese modo podemos centrarnos más en su evolución y no se resiente la enseñanza de las que están más avanzadas». La verdad es que llama la atención ver a niñas tan jóvenes practicando ya esta dura modalidad deportiva «las hay hasta de cuatro años en el grupo de la piscina, que luego pasan a formar parte ya de la Escuela, en principio el objetivo es acercarlas a la rítmica, que conozcan a fondo este deporte, después ya habrá tiempo para ir perfeccionando». No se les enseña a utilizar todavía los diferentes aparatos. Los inicios tienen más que ver con la elasticidad de las pequeñas, mediante ejercicios que exigen, eso sí, una gran destreza. La Escuela les facilita las punteras y la camiseta oficial del grupo, aunque también se les suelen proporcionar algunos regalos desde el propio Ayuntamiento. Una vez concluído el período de aprendizaje las niñas pasan a los clubes.