El Atlético se asoma a la liga

En el primer tiempo el Betis demostró ser superior al Atlético de Madrid en calidad, que intentaron contrarrestar los rojiblancos con garra y entrega. El equipo de Víctor Fernández, que juega casi de memoria, dominó el juego salvo los minutos iniciales. Se hizo el dueño del balón en el centro del campo y desde ahí por una y otra banda acosó a la portería de Esteban. Sin embargo, acusó el discreto partido de Joaquín, poco participativo y bien marcado por García Calvo. Más fácil lo tuvo Denilson con Aguilera por el ala izquierda, aparte de que el jugador brasileño mostró mucha mayor ambición. Al Atlético de Madrid se le puso muy bien el partido al cuarto de hora cuando se adelantó en el marcador por medio de Fernando Torres. Un gol de cabeza que la mitad del mérito le corresponde a Stankovic, que botó magistralmente un córner. En el segundo tiempo a punto estuvieron de culminar entre los dos otra jugada similar, pero esta vez el remate de cabeza fue fuera. Lo cierto es que a partir del tanto rojiblanco, entre que el Betis se fue adelante y que al Atlético le va mejor el contragolpe, el dominio correspondió por completo a los verdiblancos. Pero si de algo pecaron los béticos fue de escaso remate y cuando lo hicieron el punto de mira lo tenían muy desviado. Su ocasión más clara fue un gol anulado a Alfonso por un fuera de juego que no fue merecedor de tal pena. La segunda parte fue muy diferente. Cuando menos se esperaba el Atlético cogió el mando en el centro del campo, labor en la que fue fundamental la salida de Albertini y el trabajo de Movilla y José Mari, para llegar con peligro a la meta verdiblanca. Las ocasiones de los de Luis Aragonés se sucedían una tras otra. Pero ahí estaba Prats para evitar más goles, sobre todo en una mano que metió a disparo de Jorge y un mano a mano con Fernando Torres que resolvió con solvencia y oficio el meta. El Betis reaccionó sólo en el último cuarto de hora, pero no encontró el camino del gol y se tuvo que conformar con ver cómo el estadio Vicente Calderón saboreaba de nueva la presencia de los suyos en la zona alta de la tabla.