TERCERA DIVISIÓN
La Cultural B se vuelve Mr. Hyde
Es tanta la falta de personalidad de la Cultural B, que el filial leonés adopta en cada partido la propia del conjunto enemigo. Por ello, los leoneses son capaces de ganar a los gallitos de la categoría, equipos de toque y calid
A estas alturas de la temporada, la Cultural B todavía no ha conseguido forjarse un carácter. Por el contrario, deambula de la risa al llanto, de las victorias brillantes ante rivales de primera clase a las derrotas contra los adversarios más mediocres, con una alarmante esquizofrenia que impide calibrar el verdadero calado del conjunto. Un día aparece el doctor Jekyll, pulcro y dedicado a la elaboración del fútbol y, a la tarde siguiente, comparece Mr. Hyde, vulgar e incapaz de reconocerse en el espejo de su antecesor. Ayer, a la visita del Becerril, acudió presto Mr. Hyde y convirtió al filial culturalista en un equipo desliñado y tosco que se empeñó en igualarse a los palentinos en juego y deshecho su ventaja de calidad y conceptos. En vez de respetar las estaciones de la cadena de montaje, a los leoneses les dio por saltar de las piezas al acabado. Frente a ellos, los castellanos se instalaron en el traje de segundón que traían en la percha y aguardaron su oportunidad. En consecuencia, el partido se convirtió en el diálogo de la incoherencia, con dos conjuntos enmarañados en la parcela central y obviando la existencia de las bandas, paradójicamente la zona mejor de todo el césped. Incapaces de escribir el partido por las líneas, los leoneses pagaron sus renglones torcidos, a la media hora, con el primer tanto del Becerril, un error encadenado de toda la zona defensiva. A empellones, el filial fue acumulando oportunidades baldías, mientras los palentinos se refugiaban en su disciplina espartana. Los cambios locales intentaron arreglar la situación y no encontraron ninguna novedad en el planteamiento, que poco a poco se diluyó en la anarquía del orgullo. Fruto del desquiciamiento general, el castellano Dani se aprovechó del espacio a la espalda de la defensa para sentenciar. Ya en la expiración del encuentro, el tanto de Joaquín se quedó en un canto de cisne, mientras el filial se buscaba a sí mismo.