Triunfo brillante y espectacular de la Cultural (3-4) en cancha del líder, Pontevedra

Los errores defensivos de los gallegos fueron determinantes para que la victoria se decantase del lado leonés. Fue un partido en el que los dos conjuntos demostraron desde el pitido inicial no estar dispuestos a especular con el resultado. El fruto de esta predisposición fue un choque vibrante, con grandes dosis de emoción y buen juego. Hubo de todo: expulsiones, penaltis, pero sobre todo, la salsa del fútbol: los goles, acreditando ambos conjuntos un nivel de superior categoría. Apenas hubo pausa desde que el colegiado dio la orden de comenzar. Con un ritmo altísimo, la Cultural se posicionaba mejor en el terreno de juego, pero el Pontevedra no renunciaba al fútbol de toque y riesgo defensivo que aprecia José Aurelio Gay. Así, después de los primeros escarceos, llegaban los primeros instantes de locura. La Cultural, a la contra, se adelantaba en el marcador al aprovechar Rubén un preciso centro de Vega. Era el minuto 20. Dos más tarde, el despiste de la zaga gallega propició que un córner ejecutado por Fran, prolongado por Ángel Luis en el primer palo, fuera rematado por Suárez en el segundo y a puerta vacía. Pero el Pontevedra no se vino abajo y en el 24 recortó distancias. Un envío largo sobre Santi, fue finalizado por éste tras esquivar la desesperada salida del meta Rubio. Con la Cultural esperando el contragolpe, el equipo gallego tomó las riendas y dominó territorialmente, aunque sin inquietar de modo serio a la ordenada defensa visitante. Hasta que en el minuto 40, una larga jugada de ataque culturalista, iniciada por Rubén, terminó con un disparo a placer de Fran, tras aprovechar un rechace del meta argentino del Pontevedra. Era el 1-3 y parecía que el partido estaba sentenciado. Nadie se podía imaginar que el inicio del segundo periodo iba a ser todavía más loco que la primera mitad. La defensa gallega continuaba otorgando regalos a su rival. Un error garrafal de Luismi permitió a Villafañe recibir solo en el punto de penalti para hacer el 1-4 en el primer minuto de la reanudación. Cuando el encuentro parecía más claro aún, llegó el éxtasis fubolístico. A los dos minutos, Javi Rodríguez recibía un balón en profundidad, poniendo el 2-4 en el marcador de Pasarón. La esperanza volvía a la grada y, a los pocos minutos, un centro de Casablanca lo interceptaba Herrero con la mano, de forma involuntaria, pero el colegiado decretó penalti. Padín lo transformó y el equipo de Gay se metía de lleno en el partido, ante un rival que parecía desconcertado. El milagro estaba más cerca. El Pontevedra, volcado al ataque, inventó una jugada de fantasía con Diego Castro como protagonista. Desde la frontal metió un precioso pase a Santi, que fue derribado por Herrero; nuevo penalti, éste con justicia. Padín que repite suerte y lado de lanzamiento, pero Rubio le adivinó la idea, impidiendo el empate. Todavía se jugaba el minuto 57 y desde aquí hasta el final el mando correspondió al equipo gallego, que puso cerco a la portería leonesa. Las oportunidades más claras estuvieron en las botas de Santi en el minuto 65, con un disparo que despejó Rubio, y en la última jugada del encuentro, en el 93; una falta botada por Tonino y que se colaba por la escuadra fue despejada por Rubio, que tuvo que volar para evitar de nuevo el empate.