SEGUNDA DIVISIÓN B
Avanza la marea blanquiazul
Aún con la dosis de sufrimiento que ya es habitual en El Toralín, la Ponferradina supo deshacerse de uno de los equipos más complicados a domicilio. Se adelantó el Corralejo pero la reacción local no se hizo esperar. Dos goles
Cuando la Deportiva juega, es que juega de verdad, lo que pasa es que muestra sus virtudes balompédicas con cuentagotas y quizá por eso parte de la grada se vuelva contra el equipo, cosa que, por fortuna, no ocurrió ayer. Pero es que todo el mundo se da cuenta de que hay mimbres para elaborar mejor fútbol del que se ofrece en el cómputo global del partido y eso no gusta en exceso, máxime si se pone en riesgo la victoria. Ayer los de Simón salieron al campo al ralentí, jugando a un ritmo lentísimo que le venía como anillo al dedo a los canarios. No había llegadas diáfanas y sólo desde lejos probaron fortuna Alejandro y Lanza, pero con la puntería desviada. Saulo hizo lo propio para el Corralejo y se notaba que al partido le estaba haciendo falta un golpe de efecto. Ese punto de inflexión llegó, curiosamente, gracias al tanto de los insulares. Lando agarró un zapatazo desde 35 metros y Álvaro no logró retener el cuero en su poder. Como dos exhalaciones salieron en busca de la pelota Ángel Castro y Simón. Al primero lo neutralizó la zaga, pero el segundo sólo tuvo que empujar a la red el balón perdido por el arquero vasco. Lo que parecía un mazazo en toda regla para los locales se convirtió en su mejor estímulo. La Deportiva empezó a tocar la pelota, utilizando su mejor patrimonio que es, mientras no se demuestre lo contrario, la conexión entre Toñín y Cascallar por banda derecha. Así se fraguó el empate, aunque antes el gallego avisó con un disparo flojo con la zurda. Después Toñín hizo de los suyas aunque nadie acertó a rematar su envío. El árbitro no quiso ver un claro penalti sobre Panadero y el público se lo demandó. Cumplida la media hora, Cascallar acertó a resolver una melé ante el portal canario, poniendo el balón arriba donde no podía llegar ninguno de los muchos defensores que poblaban la zona. Estaban crecidos los de Simón y César se dio cuenta de que si quería hacer algo importante ayer lo mejor era utilizar la autopista de la banda derecha. Por allí se incorporó al ataque para aguardar el pase de la muerte de Cascallar y el central fusiló a David Criado para seguir encarrilando el encuentro. Todas las exquisiteces que ofreció la Deportiva antes del descanso quedaron casi en nada después del mismo. Los canarios basaron todo su crédito en los precisos lanzamientos de Lando, que a punto estuvieron de provocar la igualada, aunque Álvaro rechazó la pelota. Igor entró para enfriar el choque y en el último suspiro el cordobés Lanza pudo marcar el gol de la temporada desde la línea divisoria, pero el meta Criado apareció como una flecha para tocar con la punta de los dedos y enviar la pelota al córner. El público se marchó satisfecho y ovacionó a su equipo a la conclusión.