Denuncias por furtivismo

E.R.P., relevante figura leonesa de la pesca de competición, fue denunciado por la Guardia Civil en el coto de Pesquera, por practicar la pesca en él sin tener el permiso oportuno. El presunto infractor iba equipado con caña y cesta, al igual que el otro pescador que le acompañaba y que también fue denunciado. La gravedad del caso deriva de la contradicción entre el hecho denunciado y el carácter ejemplar que debe revestir la conducta de toda figura deportiva destacada. A ello hay que añadir la circunstancia de que E.R.P., presidente de la asociación de pesca leonesa Alpem, ha venido ocupando, y ocupa, importantes cargos en el seno de la Federación de Pesca. Pedro Vizcay, el periodista de pesca del Diario de León, que parece haber iniciado una línea de transparencia informativa en materia de denuncias de pesca, ha mantenido, hasta ahora, un revelador silencio sobre el caso, a pesar de que E.R.P. es constante protagonista de sus artículos. Al respecto hay que decir que el periodista es persona muy afecta a la Federación de Pesca y que el denunciado es amigo suyo. El silencio periodístico de Pedro Vizcay sobre la denuncia al federativo contrasta con el tratamiento informativo que dio a otro caso: el de la denuncia a un pescador por haber matado truchas en el tramo libre sin muerte del río Porma, mediante dos artículos en el Diario de León del día 30 de septiembre de 2002. Aquí, Vizcay, con gran alarde tipográfico y alterando y falseando los hechos, intentó ensuciar el nombre de Aems-León y el de su presidente, presentándole como implicado, cuando resulta que en aquel caso el denunciado ni era presidente de Aems, ni siquiera miembro de esta asociación. Es preocupante que en la labor informativa de un periodista se mezclen sus filias y sus fobias personales. Más preocupante es aún que tengamos instalado en un periódico a un verdadero enemigo de nuestros ríos, manejando unos cortos conocimientos dentro de la línea más reaccionaria. Sirva como botón de muestra las críticas que Pedro Vizcay ha venido vertiendo reiteradamente, año tras año, al retraso de la apertura de la veda, establecido con objeto de proteger la freza de la trucha. Alega Vizcay que con ello se perjudica a la hostelería durante la Semana Santa. ¿Habrá que decirle a las truchas que adapten su ciclo vital a los intereses del negocio hostelero? En fin, patético. Hay que reconocer, no obstante, que su criterio en este punto parece haber evolucionado, ya que ha manifestado, últimamente, su preocupación sobre los efectos que pueda tener sobre la freza la prolongación de la temporada de pesca, en Castilla y León, hasta mediados de octubre. Sin embargo, surge la sospecha: ¿No será que con la ampliación de la temporada pierde el periodista clientes en la laguna de pesca que explota comercialmente? Sobre la denuncia al federativo podríamos explicar más cosas, así como sobre otros hechos atinentes a la Federación de Pesca y a la charca de Vizcay, pero no es ese nuestro estilo. Quede lo escrito como limitada contestación a un ataque, al que nos hemos visto forzados a responder en el mismo terreno, pero con hechos ciertos, y después de haber dado a Vizcay la oportunidad de rectificar sus chismes. La cuestión de fondo de todo esto es el enfrentamiento que Aems ha venido sosteniendo con la Federación de Pesca por dos cuestiones principales: nuestra oposición a que la elite federativa obtenga privilegios para acceder a los cotos y a otros tramos, en perjuicio del resto de los pescadores; y nuestro rechazo a los intentos de la Federación de Pesca por gestionar privadamente y obtener prebendas sobre unos ríos que son, y deben ser, de todos. Visto el caso del alto cargo federativo denunciado, cabe preguntarnos en qué manos quedaríamos los aficionados, y nuestros ríos, si consiguieran la gestión de los cotos, como pretenden últimamente. (*) León, 3 de diciembre del 2002 Comité Local de León de la asociación Aems-Ríos con vida (Premio Nacional de Medio Ambiente 1998).