Simón optó por los tres centrales y Toñín ganó metros, convirtiéndose en el mejor de su equipo

Lo cierto es que, al margen de esa jugada postrera que marcó el compromiso, los de Simón no hicieron un buen partido en Alcorcón. Se adelantaron en el marcador a las primeras de cambio, gracias a un tanto de Panadero que colocó la pelota de forma magistral lejos del alcance del portero, desplazado de su portería, y también de los defensas que cubrían el marco. La jugada había nacido en el propio delantero que tocó de cabeza hacia Alejandro, pero el meta Ángel Blanco tapó fuera del área el remate del asturiano, el rechace le llega a Cascallar que también estrella el cuero contra el portero y el nuevo rechace lo aprovecha Panadero, desde unos 25 metros, para mandar la pelota a la red. Poco le duró la alegría a la Deportiva, mal situada en el campo con desajustes defensivos provocados por la distancia exagerada entre los centrales. En un balón colgado desde la izquierda, Chechu se anticipa con la testa a la cobertura blanquiazul y al propio Álvaro para empatar, cuatro minutos después del gol berciano. El partido empezaba de nuevo y ahí el Alcorcón se hizo con el control del encuentro. Sólo la falta de puntería del centro delantero Crespo y las brillantes intervenciones del guardameta vasco de la Ponferradina evitaron que el marcador se desequilibrara. Tras el descanso la historia fue otra porque la Deportiva fijó mejor la zona ancha, aunque eso no evitó que los contragolpes se sucedieran frente a ambas porterías. Simón optó de nuevo por los tres centrales con la entrada de Soto por Cascallar y Toñín ganó metros por la derecha. De sus botas nació el mayor peligro visitante y sólo la discreta mañana de Panadero y Alejandro, impidió que los blanquiazules volvieran a adelantarse en el marcador. Cuando más presionaba el Alcorcón en los últimos compases, llegó la referida ocasión de Panadero a centro de Toñín. El cordobés perdonó de forma increíble.