OPINIÓN Roberto Canuria
No siempre sucede lo que uno quiere
Los equipos poco a poco se van acercando al parón navideño, y sólo dos jornadas son las que restan para ello. La necesidad de puntuar en estos últimos compases del año se convierte en el principal instrumento de cara a conseguir una mejor posición en la tabla. La competición comienza a ser dura, y la segunda vuelta está al doblar la esquina, y en ella es donde cada punto tiene un valor de oro. Los conjuntos que han abierto una brecha en la clasificación deberán mantenerla, y los que se ven con la necesidad acuciante de conseguir puntos intentarán hacer valer sus principales armas para lograr el objetivo. Como se ve, todos tienen algo que alcanzar y la competencia será dura. Muchas ilusiones en algunos equipos se han ido diluyendo y desvaneciendo, pues las cosas no se han desarrollado como se preveían. Otros, en cambio, mantienen sus metas, y algunos inclusive parecen estar situados por encima de lo que esperaban. El transcurrir de la competición tiene todo ésto y se producen diversidad de acontecimientos que trastocan todo lo anteriormente planificado. El deporte llamado fútbol no es una ciencia exacta, y como tal produce gran cantidad de emociones que unas veces se transforman en alegrías y otras en lágrimas. Lo principal es poder ser partícipe de ellas. La Bañeza vuelve a mantener su auténtica regularidad de victorias y deja olvidada la primera derrota producida la jornada anterior. La contundencia en el resultado, así como la superioridad demostrada en el terreno de juego, le hace seguir con firmeza liderando el grupo. La ausencia de varios futbolistas, unos por sanción y otros por lesión, no influye para nada en el comportamiento y actitud en el campo. El disponer de una plantilla amplia, de gran calidad y totalmente competitiva es la consecuencia de la buena marcha liguera. El objetivo marcado a principio de temporada está en el buen camino y probablemente se está consiguiendo con más facilidad de la esperada. Esta semana volverá a disputar el encuentro de ida de una nueva eliminatoria de la Copa Federación, donde también continúan inmersos. Por lo tanto, nuevas emociones y seguro que más satisfacciones darán a la afición los jugadores del cuadro bañezano. La Hullera no pudo traerse nada positivo de tierras sorianas que le permitieran aumentar su casillero de puntos. Parece ser que la provincia de Soria no resulta muy fructífera en cuanto a la consecución de buenos resultados. La posición cómoda en la clasificación invita al optimismo y a ver de lejos la preocupación. La falta de experiencia de la joven plantilla en ciertos lances de la competición hace que sea la consecuencia de resultados adversos. El Atlético Bembibre volvió a lo que en él es habitual, la dificultad en hacer goles y en encajarlos. El punto cosechado ante un rival de su mismo potencial reafirma más la recuperación del cuadro del Bierzo Alto, que la jornada pasada parecía haber perdido. La victoria el próximo domingo debe servir para que el club rojiblanco piense en cotas mayores. El Promesas Ponferrada parece haber perdido la solidez en su terreno de juego. Las diferencias de plantilla con algún equipo de esta categoría se dejan notar y la derrota ante el Palencia era a priori previsible, ya que el cuadro castellano cuenta con el presupuesto más alto de los que componen el grupo. La Cultural B logró traerse un punto de tierras benaventanas que no le sirve para salir de esas posiciones poco tranquilizadoras. Conseguir un gol parece que cada vez cuesta más y últimamente estos llegan a cuentagotas. Una nota positiva es no haber encajado ninguno. El equipo debe reaccionar en estos dos encuentros que restan antes de las próximas fiestas para conseguir victorias concluyentes que le permitan escalar posiciones, y lo que es más importante, dar sensación de potencia y credibilidad. La situación no es preocupante, dada la escasa puntuación alcanzada por los tres colistas, pero sí comienza a ser algo inquietante porque este joven conjunto no parece que pueda explotar y dar de sí todo lo que futbolísticamente se supone lleva dentro.