Tres aguijones del Avilés acabaron con las esperanzas de La Bañeza

La entrega de dieciseisavos en la Copa no fue propicia para los locales que, a pesar de todo tutearon al Avilés en los primeros cuarenta y cinco minutos. Precisamente en ese primer tiempo el juego discurrió por parámetros muy parejos. La Bañeza, con varias novedades en el once inicial debido a la necesidad de dar descanso a varios titulares, demostró en esta fase el oficio de una plantilla compensada hasta el punto de nivelar el a priori mejor bagaje técnico de los visitantes. Esa situación llevó a un juego dominado por el centrocampismo y la ausencia de claras ocasiones de gol para uno y otro bando. Con empate a méritos e intenciones se llegaba al descanso. Y tras él, el Avilés empezó a llegar con más peligro al área local. Sede Martín fue el primero en intentarlo pero tras driblar a Víctor y cuando todo parecía claro para el gol su lanzamiento acabó por encima de la portería. La Bañeza, segura en el centro del campo y en ataque, empezaba a ofrecer fisuras en defensa y esa circunstancia la aprovechó el propio Sede Martín para inaugurar el marcador a los 60 minutos al aprovechar un centro medido de Parra. Golpe moral Con el gol en contra La Bañeza empezó a pasar por momentos de agobio. Sus nervios, no obstante, no le impidieron seguir intentando alcanzar el objetivo del gol. Luis Carnicero no daba el partido por perdido y por ello dio entrada a Alfredo y Josines. La apuesta era más arriesgada pero en esta ocasión el premio no llegaba. Todo lo contrario ocurrió a los 78 minutos cuando un fuera de juego no señalado por el colegiado acabó en un derribo de Parra por parte de Víctor. El consiguiente penalty lo transformó Alonso en el 0-2, dejando la eliminatoria muy cuesta arriba para los bañezanos. Y por si eso fuera poco en una jugada de mala suerte cuando Diego Prado trataba de despejar un balón del área, éste rebozó en Lobera, introduciéndole en la portería local. Era la puntilla, pero La Bañeza no se desesperó e incluso Alfredo, a los 86 minutos, pudo dar vida a la eliminatoria aunque su golpe de cabeza acabó con el balón alto.