Con viento en popa y a toda vela

Coser y cantar. Algo así fue el partido de ayer para la Deportiva que se puso ya de cara a los ocho minutos, cuando Villa fusiló desde la frontal al meta Ramón, en lo que suponía el primero de los locales. El de Padrón saltó al campo porque Fuentes se ha resentido de la lesión que arrastra desde el pasado domingo en Alcorcón y eso obligó al técnico a situar al comodín oficial del equipo, Jechu, en la banda izquierda, pasando Igor al puesto de central junto a Soto, lo que a su vez provocó que Villa jugara de titular al lado de Arcadio en la línea medular. La Deportiva salió dispuesta a solucionar el compromiso por la vía rápida, ya que en el primer minuto de juego, Mangas le puso un balón de oro a Alejandro, quien remató con la testa saliendo la pelota a escasos centímetros del palo cuando lo más fácil era ponerla dentro de la red. Antes de anotar Villa, los asturianos crearon la jugada de mayor peligro de todo el partido. Un balón en profundidad por la izquierda, dejó solo a Miguel aprovechando la subida de Toñín y el meta Álvaro salió de su marco en una decisión cuando menos discutible. Por fortuna, el atacante riosellano se entretuvo y el peligro se diluyó. Después vino el primer gol y con él la tranquilidad para una Deportiva que, no obstante, siguió pisando el acelerador para buscar un botín más jugoso. Tendrían que esperar un cuarto de hora para que Panadero iniciara su recital anotador. Después de una penetración de Toñín, marca de la casa, el lateral sirve medido al cordobés para que éste coloque el cuero con la zurda lejos del alcance de Ramón. Con ese marcador iba a llegarse al descanso, si bien Mangas pudo anotar al empalmar una pelota procedente de un rechace, pero lo hizo con el punto de mira elevado y perdió su oportunidad de estrenarse como goleador. El que no suele perdonar es Jesús Panadero y así, a los diez minutos de la reanudación, una pelota de Lanza sobre Villa termina en la cabeza del andaluz que anota oportuno el tercero del equipo y el segundo en su cuenta particular. Con todo resuelto, Simón movió el banquillo y aprovechó para dar minutos a la gente menos habitual. Gatti, Yiyo y Gonzalín gozaron de minutos, si bien el canterano entró a última hora. El caso es que un centro del hispano argentino desde la derecha termina con el balón rechazado sobre la posición que ocupaba Arcadio y el vasco toca con la testa hacia el corazón del área, donde Panadero, haciendo gala de su olfato goleador, desvía a la red también con la cabeza. El público le tributó una gran ovación cuando abandonó el campo poco después. Y es que para eso sirvió el partido, para que el millar de incondicionales blanquiazules que ayer alcanzaron el grado de valientes, por desafiar el frío, la hora y las obras en el exterior del campo, ovacionaran de largo a los suyos cuando saludaron desde los medios.