Ordás rompe la tradición en el cierre de la temporada

En el concurso cierre del IV Trofeo a la Regularidad se quebró la racha de las ediciones anteriores, según la cual ningún ganador por puntos lograba imponerse en la gran final. Tuvo que ser «el tetracampeón de Carrocera» quien lograse tal hazaña, y lo hizo precisamente ante el otro «tetracampeón de Grandoso». Pero ahí no acabó todo, porque el podio de cuatro se completó con otros dos pesos pesados de los bolos leoneses: Quiñones (campeón nacional del 2001) y Rubén (tricampeón de Oblanca de Luna); un podio que aglutina la cifra de doce entorchados nacionales, desde 1974 hasta el 2002, tomado en exclusiva por cuatro monstruos de la media bola. La competición se celebró en los castros del Polígono 10 en la tarde del sábado, día 21. Fernando, que partía con una renta de 170 puntos, sumó una ficha de 409 bolos (sobre 40 bolas lanzadas); o sea, echó un total de 16 ahorcaos y 9 sietes. Sin embargo, Antonio no se quedó atrás y obtuvo una tarjeta de 405 bolos que, sumados a los 189 iniciales, le valió el viaje internacional para dos personas, de una semana de duración. Fernando y Quiñones (2º y 3º) viajarán a un destino nacional con la misma duración. Capítulo especial se merece Mario Serrano, que vistió la camiseta amarilla de líder en dos jornadas y ocupó los primeros puestos a lo largo de toda la temporada; al final, ocupó la sexta plaza y recibió una placa como 3º en la clasificación por puntos. Su puesto en la velada final del Polígono X lo ocupó Jesús Quiñones, reciente campeón de campeones.