Al Madrid se le atraganta el año nuevo
Un error garrafal de Éder Militao condenó al Real Madrid, que perdió 1-0 ante el Getafe para regresar a la senda de la derrota once jornadas después y dejar en manos del Sevilla la posibilidad de apretar una Liga que hasta el momento dominaba con contundencia.
Inmaculado durante todo el curso, parecía imposible ver un fallo decisivo de Militao. Con David Alaba, nadie echaba de menos a la pareja formada por Raphael Varane y Sergio Ramos. Su jerarquía era intocable este curso. Sin embargo, en tan sólo un par de segundos, Militao se hizo humano y, por una vez, provocó que su equipo perdiera puntos. Su fallo, en los primeros minutos del duelo, no lo desaprovechó Enes Ünal, que con su tanto impulsó al Getafe hacia cotas insospechadas hace no mucho tiempo. De repente, el conjunto del sur de Madrid está tres puntos por encima del descenso, algo inimaginable cuando se fue Míchel.
Y es que, al final, sin el protagonismo de los positivos por coronavirus, el fútbol se abrió paso en el Coliseum Alfonso Pérez, donde el Getafe quería alargar el «efecto Quique Sánchez Flores», el gran artífice del resurgimiento de un equipo desahuciado hace no mucho tiempo. Resucitado en la pelea por la permanencia, el conjunto azulón se presentó a la cita dispuesto a plantear batalla con poco que perder y mucho que ganar ante el todopoderoso líder.
Carlo Ancelotti, por sorpresa, sentó a Eden Hazard. Todos esperaban al belga en el once, pero inició el partido en el banquillo después de mostrar brotes verdes en anteriores citas. Aún no es el del Chelsea, ni mucho menos, pero sí apuntaba detalles prometedores. Sin embargo, Ancelotti apostó por Marco Asensio, desaparecido en combate durante toda la primera parte, y por Rodrygo Goes, más afinado en el lugar de Vinícius, víctima de la covid.
El Real Madrid, como se esperaba, se encontró con un muro de hormigón. El 1-0 obligó al Real Madrid a intentar poner una marcha extra de velocidad en el manejo del balón para intentar romper las líneas del Getafe. En ese instante, apareció Luka Modric, que dejó 25 minutos excelsos en los que mostró, una vez más, y van infinitas, su inmensa categoría.
El Madrid tuvo opciones de empatar, sobre todo a tiros de Modric y Kroos, pero lo cierto es que el Getafe se encerró muy bien atrás y el marcador no se movió.