Punto y final a la temporada de caza menor... y hasta dentro de nueve meses

La temporada de caza menor tocaba a su fin en la Comunidad el pasado domingo 23 de enero. Y lo hacía manteniendo la tónica de todo su desarrollo a lo largo de tres meses. En términos generales se puede dar un aprobado tirando a alto. Más no tendría sentido en una campaña en la que la irregularidad ha sido la tónica dominante, teniendo en cuenta claro está, las particularidades del terreno y el hábitat y que en casos como en el de la liebre, una de las piezas estrella, la situación ha sido más bien negativa.

Se esperaba que las cifras y sensaciones no fueran las mejores en este caso ya que ciertas enfermedades han diezmado la población de liebre este año (en el pasado la incidencia fue menor aunque también afectó). Fue la nota negativa ya que salvo excepciones el número de liebres que se han podido otear en los campos leoneses ha sido bastante bajo. Algo que contrasta con años pasados, de hace tres para atrás. Y que se espera subsanar en los próximos ejercicios aunque todo dependerá de la situación sanitaria con enfermedades que puedan afectarla y la posibilidad de que pueda remontar a positivo.

Mejor nota ha tenido el conejo que a pesar de que no contabiliza las altas cifras en cuanto a número de otros años, si ha tenido una presencia más que notoria. Eso sí, diferenciando zonas ya que en algunas su presencia ha sido elevada y en otra ha brillado por su ausencia.

Y para acabar, la perdiz. En este caso se puede decir que es la que mejor nota lleva. Algo que incluso ha sorprendido para bien a los cazadores que han podido cobrarse jornadas bastante positivas dada la más que destacada presencia de este ave. Y con perchas que en algunos casos han sido importantes. Ahora toca esperar nueve meses para que la caza menor vuelva a hacer acto de presencia en cuanto a su desarrollo. Eso sí, un poco menos para que la media veda también levante el telón a lo largo y ancho de la comunidad de Castilla y León.