España roza el oro frente a Suecia
Un gol de penalti de Niclas Ekberg con el reloj ya a cero impidió a España alzarse con su corona continental consecutiva, tras caer este domingo por 27-26 en la final del Europeo de Hungría y Eslovaquia ante una Suecia, que veinte años después volvió a subirse a lo más alto del podio. Lo tuvo en su mano el conjunto español que entró en el último minuto de juego con empate (26-26) en el luminoso y el balón en su posesión.
Pero España, pese al tiempo muerto solicitado por Jordi Ribera, no acertó con su última acción que concluyó con un fallido lanzamiento de Joan Cañellas en el que todo el banquillo de los Hispanos reclamó falta a favor del jugador español. Fuese falta o no, lo cierto es que el balón pasó a manos del equipo sueco, que sí aprovechó su oportunidad forzando un penalti en el último segundo. Como si la historia fuese cruel, el destino quiso que el extremo sueco Niclas Ekberg y el portero español Gonzalo Pérez de Vargas se encontrasen de nuevo frente a frente, tal y como ocurrió hace seis años en el partido decisivo del torneo preolímpico que se disputó en Malmoe,
Y por desgracia para el equipo español, al igual que ocurrió entonces Ekberg no falló. No lo tuvo nunca fácil la selección española, que pese a estar advertida de la peligrosidad del conjunto sueco en las transiciones le costó de partida regresar con velocidad a las tareas defensivas. Un doble problema para el conjunto español, ya que no sólo facilitó el trabajo en ataque a la selección sueca, sino que, además, no permitió a los «Hispanos» sus habituales cambios ataque-defensa.
Y no fue porque la selección española no tuviera claras las acciones en ataque, sino porque enfrente se encontró con un auténtico muro, el guardameta sueco Andreas Palicka. El cancerbero escandinavo, que ya fue fundamental en el triunfo que Suecia logró sobre Francia en las semifinales, contabilizaba cumplidos los primeros quince minutos hasta seis paradas. Un dato que sirvió para explicar la renta de dos goles (5-3) con la que los escandinavos se situaron en el marcador. La mejoría defensiva unida a las oportunas paradas de Rodrigo Corrales permitieron a España alcanzar el descanso por delante (12-13) en el marcador.
Dinámica positiva que el conjunto español continuó en el arranque de la segunda mitad, en la que Tarrafeta no sólo siguió siendo indescifrable con sus movimientos sin balón, sino que demostró su inteligencia como pasador e incluso como lanzador.
Sin embargo, Suecia al igual que España es un equipo al que es muy difícil de sacar de los partidos y menos a Jim Gottfridsson, que con sus movimientos no sólo logró hundir a la defensa española, lo que facilitó los lanzamientos de los cañoneros suecos, sino que encontró una y otra vez al pivote Oscar Bergendahl, que devolvió las tablas (19-19) al marcador. España no se arrugó y siempre encontró en el pivote Adrià Figueras un camino fiable para mantenerse aferrado al marcador, como demostró el 23-23 con el que se llegó a menos de diez minutos para la conclusión. Entonces surgió la defensa, el pilar al que siempre puede aferrarse el equipo español, que no sólo permitió a España empatar de nuevo el marcador (26-26), sino entrar en el último minuto con el balón para ganar.
Sin embargo, los Hispanos no aprovecharon su ocasión y se vieron condenados a una medalla de plata, a la que con el tiempo el balonmano español dará su verdadero valor. Una pena, pero aún así el trabajo de los españoles fue sobresaliente.
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