Fútbol | Copa del Rey
Guedes vale una final
Un golazo del portugués clasifica a los che y deja fuera al Athletic
El Valencia regresa a una final de la Copa del Rey (1-0). Esta vez la espera ha sido corta, pues apenas tres años después el conjunto de Mestalla viajará de nuevo a Sevilla a por su noveno trofeo en el torneo del K.O. El golazo de Guedes al borde del descanso marcó la diferencia en un partido muy cerrado, táctico a más no poder. A grandes rasgos el duelo que se esperaba después del empate a uno en San Mamés. Dos equipos muy trabajados en la pizarra que se anularon mutuamente y jugaron una auténtica partida de ajedrez resuelta por una golpe de calidad.
Salió frenético el Athletic, fiel a su estilo, con la velocidad de Iñaki Williams por bandera. Mejor los leones en los primeros minutos, con un Valencia dominado y al que le costaba encontrar su lugar sobre el césped de Mestalla. Al contrario que en Bilbao se cocía a fuego lento el partido en feudo che, fruto del vértigo con un premio como la final de Copa a la vuelta de la esquina. Solo los jugadores diferentes pueden poner picante en un contexto así. Es el caso de Bryan Gil, que animó la noche con un zurdazo ligeramente desviado por la zaga vasca. Lo cierto es que el paso de los minutos le fue sentando algo mejor al Valencia en cuanto a las sensaciones del juego, pero Muniain avisó con un remate a bocajarro ante el que se lució Mamardashvili. Estaba en fuera de juego el ‘10’ del Athletic, pero ahí quedó el gesto técnico del guardameta georgiano como preludio de una gran noche personal.
Muniain no acertó con una falta muy propicia para su golpeo y a la contra a Iñaki Williams le sobró velocidad pero le faltó precisión, primero para conectar un buen centro y a la hora de definir ante un valiente Mamardashvili. Más allá de una mayor sensación de peligro visitante, la peor noticia para la animosa parroquia valencianista fue la recaída de Gayà con su lesión muscular. Forzó el capitán porque la cita lo pedía a gritos pero apenas pudo estar sobre el verde media hora. El duelo ya caminaba irremediablemente hacia el descanso y lo hacía de forma anodina cuando Guedes, hasta el momento casi inédito, se sacó de la chistera un disparo lejanísimo pero repleto de calidad. Misión imposible para Agirrezabala y escenario idílico para Bordalás al descanso, con una sustanciosa ventaja que defender en la segunda parte. En eliminatorias tan cerradas cualquier ventaja constituye un tesoro, más aún para un equipo que maneja recursos de todo tipo cuando de defender su parcela se trata.
El transcurso de los minutos redobló la apuesta del Athletic, necesitado de un gol para no decir adiós a su torneo tras dejar en el camino a Barça y Madrid. Muniain tuvo tiempo y espacio de sobra para ejecutar el golpeo, pero no afinó lo suficiente la mirilla. El Valencia jugará la final de Copa.