Crecimiento blanquiazul para entrenar
Un repaso por los terrenos que tuvo que utilizar la Deportiva para ejercitarse cuando no disponía de campos propios La entidad aumentará a medio plazo sus instalaciones destinadas a la preparación
Cuando la insistencia de Miguel Ángel Álvarez Tomé sirvió para que la Deportiva pudiese entrenar todos los días en un mismo lugar y en un lugar decente, la Deportiva también empezó a crecer en el capítulo de entrenamientos. Y es que el crecimiento del club se ve en perspectiva desde distintos puntos de vista y en distintos aspectos y el de los campos y las condiciones de entrenamiento también es uno de ellos. En estos días en los que El Toralín da las últimas puntadas a sus obras, se puede ir comparando cómo era el estadio cuando se inauguró hace casi 22 años y cómo es ahora. Y en este año del Centenario, también han sido muchas las historias que se han contado sobre la evolución de los estadios de la entidad.
Pasan los años, pero no hace tanto que el equipo blanquiazul se tenía que ejercitar en un campo de tierra. En los últimos años de su estancia en Fuentesnuevas, salía por la puerta de atrás del estadio para ejercitarse en las instalaciones del CD Fuentesnuevas.
Los primeros años de estancia en El Toralín supusieron un avance en cuanto a los partidos, pero fueron años de peregrinación para entrenar. Compostilla aún no era de la Deportiva y hasta que Álvarez Tomé presionó para que se quitase la vegetación del Colomán Trabado y se pusiesen unas porterías, el primer equipo deportivista pasó por diversos campos. Compostilla fue uno de ellos, pero el terreno de juego estaba habitualmente estropeado por el uso y los rigores invernales. Para entrenar en hierba artificial hubo que esperar a que en la temporada 2006-2007 se estrenase en campo número 1 de las instalaciones Ramón Martínez.
En los primeros años de la segunda etapa de Segunda División B la Deportiva pasó por Camponaraya, Columbrianos, Castropodame o Toral de Merayo, entre otros. Algunos han mejorado, pero otros tienen menor uso o ninguno y están en peor estado. En Castropodame la Deportiva tuvo su casa con un gran terreno de juego para entrenar en años de Saro y Simón. En otros momentos hubo que acudir a El Repontón de Toral de Merayo, donde incluso jugaron algunos equipos de base, como el primer juvenil. Hoy en día es un campo abandonado, lleno de escombros y que apenas se aprecia que en su momento fue un campo que albergó partidos y sesiones de entrenamiento.
Hace menos de una década que la Deportiva entrena en el Anexo, estrenado en la época en la que Samuel Folgueral fue alcalde. Y el club tiene previsión de aumentar sus instalaciones de preparación a medio plazo.
El crecimiento de la entidad se aprecia también en el hecho de contar con instalaciones propias, mejoradas y cercanas para trabajar en buenas condiciones.