La Croacia de Modric acaba con Bélgica y Hazard
Un día iba a pasar. Y pasó. Eden Hazard ya es oficialmente un exfutbolista en activo. Lleva tres años y medio en el Madrid siendo un jugador residual y desde el 1 de diciembre de 2022 lo es también en su selección.
En el partido en el que Bélgica se jugaba seguir o no el Mundial y, por lo tanto, evitar el fin de una de las mejores generaciones de su historia que él ha liderado, el capitán de los 'red devils' se quedó en el banquillo y solo jugó tres minutos, en una suplencia con una carga simbólica todavía más elevada que la deportiva. Adiós a Hazard y adiós a Bélgica (0-0), que como muchos pronosticaban ha sido la gran decepción del torneo.
La suplencia de Eden Hazard no fue la única novedad de Roberto Martínez ante los croatas. El técnico catalán, que termina contrato y salvo sorpresa dejará el banquillo belga tras seis años como propietario, abandonó su clásico sistema de tres defensas para jugar con cuatro atrás. Tan legítimo como extraño el movimiento, síntoma de las dudas con las que llegó Bélgica a Qatar y la borrasca con la que se marcha del primer Mundial jugado en Oriente Medio.
La primera mitad fue entretenida en sus primeros quince minutos. Ambos equipos salieron sin grilletes, en busca del gol que le diera la mano ganadora, pero una controvertida decisión del VAR echó abajo las buenas intenciones de Croacia y Bélgica. Perisic, a los 20 segundos, con un buen disparo, y Mertens, tras una galopada 'made in De Bruyne' que él finalizó con un chut desviado, tuvieron la opción de abrir el marcador. Y entonces llegó el no penalti de Carrasco.
El jugador belga pisó a Kramaric en una torpeza innecesaria, con el delantero croata sin el balón controlado y de espaldas a portería. Taylor señaló los once metros, pero cuatro minutos después, y tras ser llamado por el VAR, echó atrás su decisión por fuera de juego de Lovren. El central ajedrezado estaba por milímetros en posición antirreglamentaria en la acción previa a la infracción de Carrasco y, aunque no tocó la pelota en la disputa por alto con Vertonghen, el VAR consideró que su influencia en el salto con el central belga condicionaba el resto de la jugada y, consecuentemente, el penalti. La interpretación de Taylor, tras ver las imágenes en el monitor, coincidió con la del VAR, y ahí murió el morbo de ver a Modric lanzar un penalti a Courtois y el partido alegre que ambos equipos habían propuesto hasta ese momento. El efecto psicológico del susto fue tal que de ahí hasta el descanso, la nada.
Tras el refrigerio, Martínez apostó por Lukaku y el cambio agitó a Bélgica, pero también a Croacia. Un gol de los centroeuropeos mandaba a casa a la subcampeona y les metía a ellos. Especular no era la mejor idea y eso debió pensar Croacia, que en un intervalo de diez minutos puso tres veces a prueba a Courtois con disparos de Kovacic, Brozovic y Modric. En las tres ocasiones el portero del Madrid escupió el peligro con sus guantes. Este miniasedio croata tuvo respuesta rápida en Lukaku, que estrelló el balón en la madera (minuto 60).
En la última media hora, el partido se rompió definitivamente, aunque las llegadas al área de ambas selecciones eran un quiero y no puedo. Cansancio y precipitación en el último pase, hasta un 'rush' final dramático y agónico en el que Lukaku tuvo por dos veces el gol de la clasificación. En el 87', su remate en el balcón del área pequeña se marchó por línea de fondo y en el 90' tuvo la más clara. Solo en el área pequeña, para remachar un buen centro de Thorgan Hazard, Romelu ni disparó ni controló. Un híbrido que dejó el balón muerto camino de la raya de gol, pero con velocidad de caracol, lo que facilitó que Livakovic atrapara el balón y sellara el pase de Croacia.