Reválida en La Catedral
El Madrid examina su estado de forma tras la remontada en la Copa frente a un Athletic poderoso en San Mamés
Recordaba Quique Setién en la previa del duelo copero que midió el jueves al Villarreal con el Real Madrid que un animal herido puede ser mucho más peligroso. Los blancos, cuya derrota en la Supercopa de España y las malas sensaciones que vienen transmitiendo desde el regreso de la competición amenazaban con precipitar una crisis, salieron vivos del Estadio de la Cerámica, aunque arrojando la duda de si lo lograron porque están en vías de volver a ser los reyes de la selva o, por el contrario, se comportaron como corderos cuyo instinto de supervivencia les permitió aprovechar un exceso de confianza de su depredador para salvar el pescuezo. En San Mamés (21.00 horas, DAZN), tierra de leones, puede despejarse la incógnita sobre una escuadra que tuvo una actitud bipolar en el recinto azulejero.
Errático y acomplejado en la primera parte, el Real Madrid resucitó en la segunda mitad con una remontada marca de la casa que puede devolverle la autoestima. «La reacción fue muy buena», destacó este sábado Carlo Ancelotti, quien confía en que el triunfo contra el Villarreal suponga un punto de inflexión dentro de un borrascoso mes de enero. Con ese objetivo leyó la cartilla a sus pupilos. «Jugamos un fútbol eficaz, pero cometimos errores también. No se puede entrenar, solo se puede recuperar, así que miramos vídeos para evitar esos errores y no repetirlos», aseveró en la víspera de otro clásico de altos vuelos en La Catedral.
Bajo la lupa están los fallos «de posicionamiento y de lectura» a la hora de realizar la presión que le han costado tan caros al Real Madrid en las últimas fechas, como reconoció Ancelotti. El técnico está obsesionado con corregir esos alarmantes desajustes que han contribuido a que su escuadra encajase ocho goles en las cuatro últimas citas. «La intensidad y las ideas serán importantes, y no regalar lo que venimos regalando», alertó.
Ancelotti no tiene un buen recuerdo de su última visita al feudo del Athletic, donde hace un año su equipo cayó en cuartos de final de la Copa del Rey. Entonces, como ahora, el Real Madrid estaba lejos de ofrecer un rendimiento óptimo y, dos semanas después de tropezar en San Mamés, el edificio de los blancos amenazaba con derrumbarse tras sucumbir ante el PSG en el Parque de los Príncipes. El resto es historia de sobra conocida.