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BALONMANO | LIGA ASOBAL

La crisis de la Asobal salpica al Ademar

El conjunto leonés pierde cada temporada a numerosos jugadores por la devaluación económica de la Liga «La competición no es interesante», se queja Cadenas Antonio Martínez, última ‘víctima’, se irá al Oporto en junio

Balones en un entrenamiento del Ademar. DL

León

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La Liga Asobal —y por ende el Abanca Ademar— vive una sangría constante de jugadores desde hace años debido a la alarmante pérdida de potencial económico que asola a la mayoría de clubes españoles. Un éxodo rumbo a Europa que desde la asociación no aciertan a frenar y que pese a su conversión en liga profesional a partir de la 2023-24 no tiene visos de solucionarse a corto y medio plazo. La última ‘víctima’ de esta crisis será Antonio Martínez, que a final de esta temporada cambiará León por Oporto porque «hay trenes que no se pueden dejar escapar», tal y como señaló a este periódico el propio extremo ademarista el pasado mes.

«Esta competición no es interesante», se ha quejado públicamente Manolo Cadenas en más de una ocasión desde que regresará al banquillo leonés hace ya cuatro campañas. Los sueldos que puede ofrecer el Ademar a la mayor parte de su plantilla se duplican —e incluso triplican— en otras entidades del viejo continente donde además el nivel deportivo es infinitamente superior. Francia, Alemania, Polonia y ahora también Portugal, entre otros países, atraen el potencial español y cada vez a edades más tempranas. «Antes aguantaban en el club hasta los 25 o 26 y después daban el salto europeo, pero eso se produce cada vez a una edad más temprana», se resigna el preparador de Valdevimbre. El menor de los hermanos Martínez, segundo máximo goleador de la Asobal este curso, lo hará con 20 años.

Pero antes que él ya lo hicieron otros muchos diamantes en bruto del conjunto leonés a los que fue imposible retener en cuanto tuvieron una oferta en firme. «No podemos competir a nivel económico con otros clubes», se resignan en el Ademar. Gonzalo Pérez, Jaime Fernández, Tin Lucin, Dino Slavic, Khalifa Ghedbane, Rubén Marchán o Natán Suárez son otros tantos que hicieron las maletas antes de tiempo porque las grandes potencias del balonmano europeo —y ahora también los modestos— vinieron a por ellos aprovechando sus bajas cláusulas o directamente con ofertas imposibles de rechazar.

Al margen del todopoderoso Barcelona, el resto de equipos que integran la Asobal tienen asumido que no podrán retener a sus estrellas. La crisis económica de 2008 terminó de golpe con los años dorados del balonmano español a nivel de clubes. Un golpe del que nunca se han recuperado. En el Ademar la deuda es historia, las cuentas se han saneado y dispone de uno de los presupuestos más elevados de España, con cerca de 1,3 millones de euros esta temporada. La media de cualquier equipo en Europa ronda los 5 millones mínimo. Imposible hacerles frente.

Los éxitos de los Hispanos no se trasladan sin embargo a la Liga. De los recientes medalla de bronce en el Mundial de Suecia y Polonia solo dos integrantes juegan en la Asobal; Gonzalo Pérez de Vargas y Pol Valera, que acaba de fichar por el Barça dejando Granollers. «Tenemos que cambiar nuestra imagen, mejorar el producto para conseguir más ingresos e intentar recuperar a jugadores que están fuera», apunta Servando Revuelta, presidente de Asobal.