Saeid y Castro valen su peso en oro

Triunfo importante el que logró ayer el Abanca Ademar (34-32) frente a Puente Genil que, lejos de servir para ningún objetivo europeo, refrenda un partido bastante completo de los de Cadenas en ambas áreas y ensalza a dos hombres llamados a liderar a este club más allá de la presente campaña: Juan Castro y Saeid. Los dos sujetaron al equipo cuando más falta hacía completando una actuación notable. Eso sí, lo que se atisbaba como un triunfo tranquilo y trabajado por los ademaristas se pudo complicar y mucho al final. 

Un Ademar que comenzó serio en defensa robando balones que Antonio Martínez aprovechaba al contragolpe (7-4, minuto 7) y para cuando Puente Genil sí defendía en estático tanto Milos como Castro atinaron en sus lanzamientos. Al fin una salida prometedora de los de Cadenas, que desperezaron al respetable en una tarde de domingo primaveral. Si a todo ello le sumas las buenas intervenciones de Saeid se entiende que Bustos tuviera que pedir tiempo muerto a los diez minutos con los leoneses 11-6 arriba. Un parón que le sentó mal al Ademar (parcial de +3 en contra) y que se encargaron de cortar el portero iraní y el capitán. 

Los ademaristas manejaban el encuentro con cierta facilidad, sin que su rival terminase de ofrecer la versión que les convierte en el mejor de los mortales en esta segunda vuelta. Sin embargo, Ademar entró en un estado de demasiada comodidad en los minutos finales del primer acto que engancharon a Puente Genil (17-16) para cabreo del entrenador leonés. 

Lo bueno, esta vez sí, fue que la seriedad defensiva del Abanca Ademar sostuvo los momentos de desacierto y, también, de tensión con un arbitraje bastante incomprensible. Empieza a ser costumbre que los colegiados no se muestren a la altura cuando visitan el Palacio. 

Esa falta de ambición marista en determinadas fases evitó que el marcador se antojara más abultado al descanso (19-16). Quedaba asestarle el golpe definitivo en la segunda mitad o sufrir para retener en casa la victoria. No hay vuelta de hoja. Se entendían a las mil maravillas Castro y Milosavljevic y eso ayudó a crear ataques dinámicos y veloces de los que se aprovecharon sobre todo los extremos.  Casqueiro mantuvo a su equipo cuatro arriba (22-18) en el 35 de partido merced a dos dianas consecutivas.

Más piezas activas

Cómo se nota cuando algunas de tus piezas más irregulares durante toda la temporada dan un plus a los habituales. Lo digo por Milos y también por Zanas, que se entregaron a la causa defensiva desconcertando a un rival que no era capaz de exhibir su potencial. El serbio —fue de más a menos— aunque su actitud y su acierto en el tiro exterior resultaron importantes.

Las prisas no suelen buenas compañeras de viaje y el Ademar, quizá más de la cuenta, comenzó a precipitarse arriba con fallos evitables, pases tontos y algo de desconcierto. Y ojo porque faltaba un mundo aún (25-23, minuto 44). Suerte que Juan Castro juega a otra cosa y no por habitual debe pasarse por alto. Es con mucha diferencia quien marca el paso de un equipo que necesita más líderes regulares en la causa.

Saeid es otro de los llamados a cambiar un partido y de nuevo, por segunda jornada consecutiva, dejó patente su potencial y que la portería del Ademar quedará en buenas manos (30-25). Sólo Luis Fernando mantenía por todo lo alto las espadas de Puente Genil. Quedaba rematar la faena de un duelo que el Ademar se tomó muy en serio de principio a fin, con detalles a pulir, pero marcando el camino hasta que la Liga baje el telón.

Eso sí, la moneda al aire nunca falla y los visitantes tuvieron balón para empatar a 31, aunque de nuevo Saeid calmó las aguas dejando la tranquilidad en León una semana más.