Medio siglo de su último baile
El equipo de Maristas San José que fue plata en Francia se reúne en León
Hubo tiempo para los abrazos, para inmortalizarse con los trofeos logrados en un trienio mágico, para rescatar las historias del abuelo cebolleta y ensalzarlas antes, durante y sobre todo después de una buena comida de confraternidad. Y es que el mítico equipo de Maristas San José que hace 50 años conquistaba la plata en el primer mundial escolar de balonmano —representando a España— volvió a juntarse este pasado fin de semana en la capital leonesa como vienen haciendo en los últimos tres años.
Un ‘último baile’ que entre 1971 y 1973 dejó en las vitrinas del colegio marista dos campeonatos nacionales y un subcampeonato mundial, el que precisamente rememoraron el sábado, cuando Francia les apartó del oro después de completar un torneo casi inmaculado en el que dejaron por el camino a selecciones como Alemania o Yugoslavia. En la quedada estuvieron también los hijos y nietas del fallecido Víctor Martínez, quien fuera entrenador del equipo en la cita internacional y el colegiado González-Vélez, jefe de la expedición.
Cuentan algunos de los miembros del equipo que los franceses, anfitriones del mundial escolar, gozaron del favor de la afición y de los árbitros. Sea como fuere, todos los rotativos de la época recogieron la garra y la entrega de Maristas San José. Una medalla final antes de que sus caminos, al menos los de la mayoría de integrantes, se separaran para siempre. Eso sí, los nombres de Antoñanzas, Láiz, Castro, Alberdi, Sahelices, José Luis, Máximo, Sánchez, César y Burgueño quedaron grabados en la historia del balonmano español —y sobre todo del leonés— para la eternidad.