Vinicus eclipsa a Haaland
El brasileño fue quien marcó la diferencia en el ataque del Madrid, no solo por el gol sino por sus internadas por la banda Rüdiger anuló al delantero del City
«Vamos a tener una atención especial hacia Vinicius. Es un jugador que te hunde cada vez que pueden contactar con él». Pep Guardiola, considerado quizá el mejor entrenador del mundo, ya dejó patente en la víspera del primer asalto de semifinales entre el Real Madrid y su Manchester City que no es la excepción que confirma la regla.
Como a todos y cada uno de los rivales que en Europa se miden al rey del Viejo Continente, al técnico catalán le imponen un respeto casi reverencial el momento extraordinario del extremo brasileño y, sobre todo, el peso de la historia, del escudo Real. Una realidad que contrasta con lo que ocurre en la Liga, donde la mayoría de los equipos no le tienen ya ese pánico al poderoso club de Concha Espina, máxime cuando ejerce de visitante.
Tampoco es solo cuestión de azar que PSG, Chelsea, City, y hasta por momentos el Liverpool en la final, cayeran el curso pasado en una Champions inenarrable ante un Real Madrid notablemente inferior. O que porteros de cierto fuste y de equipos grandes como Ulreich, Karius o Donnarumma cometieran los errores más llamativos de sus carreras precisamente ante un Madrid que les provoca tembleque.
El City alegre, valiente, de presión alta, toque rápido y constantes movimientos sin balón que domina la Premier pese a la sobresaliente temporada del Arsenal, tornó en un equipo timorato en el Bernabéu. Salió en plan mandón, con una posesión que llegó a ser del 72%, pero siempre con el freno de mano echado, con el deseo de contemporizar y de pausar el juego para evitar errores y posibles contragolpes. Y en el primero, arranque pleno de potencia de Camavinga y golazo tremendo de Vinicius. ¿Para eso tanto plan especial en el Bernabéu?
Aunque el City de esta campaña dispone de más recursos y es capaz de transitar de forma letal porque tiene a Haaland, le siente peor cambiar de traje que a un Real Madrid camaleónico. Mientras que a la mayoría les entran sudores cuando se visten con el uniforme europeo, a los blancos les refuerza. A diferencia de los equipos de Guardiola y del Barça, por ejemplo, el Real Madrid no está hipotecado por el estilo, por ese cómo del que presume Xavi Hernández pese a abonarse al 1-0 de corte cholista.
Nadie critica que en un momento dado Carlo Ancelotti saque su lado más italiano, regale el balón al contrario y se pertreche atrás adrede para que el enemigo caiga en la trampa de su dominio territorial. A quién le importa a estas alturas que Courtois sea, de largo, el portero con más paradas en Champions las últimas dos temporadas. 87 intervenciones del belga, seguido por las 61 de Mignolet (Brujas), 56 de Vlachodimos (Benfica) y 49 de Diogo Costa (Oporto). Vinicius, que el martes trabajó en defensa como nunca, dejó anonadados con su gol a mitos ingleses, rendidos a la evidencia del que hoy pasa por ser el jugador más decisivo del planeta porque desequilibra, asiste, marca y, como ante el City, condiciona el planteamiento de los rivales. Con su intervención directa en 43 tantos de esta temporada -23 goles y 20 asistencias- Vini ya ha superado sus mejores registros.
«¡Oh, Dios mío!», exclamó Rio Ferdinand, leyenda del Manchester United durante la retransmisión de BT Sports. «Me ha maravillado la compostura y la valentía del Real Madrid y cómo se ha sentado a esperar. El elemento clínico de este equipo habla por sí solo. Un equipo que controla la posesión y otro que espera su momento. El Madrid es un equipo de asesinos que huele la sangre», analizó el mítico defensa inglés. «¡No sabía que un hombre de su tamaño pudiera pegarle tan fuerte!», se sorprendió, por su parte, el exmadridista Steve McManaman.
La ida del respeto no fue la mejor noche para los arietes. Benzema y Haaland pasaron de puntillas, pero llamó la atención el rendimiento del noruego. La bestia noruega transitó sin pena ni gloria por el Bernabéu, aplacada por un gran Rüdiger.