Mala pata de Alcaraz en París
Lastrado por problemas físicos en la pierna derecha tras igualar el partido en el segundo set, el tenista español claudica ante Djokovic, que jugará la final
Fue el más cruel de los finales. Unos calambres, con el partido en todo lo alto, apartaron a Carlos Alcaraz de Roland Garros. El murciano, tras igualar el esperado enfrentamiento contra Novak Djokovic en el segundo set, sintió unas molestias en la pierna derecha, tuvo que entregar un juego a su rival para que le atendiera el fisioterapeuta y, pese a intentar un último esfuerzo sin prácticamente poder moverse con normalidad, cayó en las semifinales de París, por 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1.
Los problemas físicos terminaron con la hasta ahora dulce aventura del joven jugador español en Roland Garros. Sin perder la sonrisa pese a las adversidades, Alcaraz mantuvo un duelo de mucha altura durante dos horas con Djokovic, dos veces campeón en estas pistas y en busca de su Grand Slam número 23, pero los nervios y la tensión del momento se trasladaron a su gemelo derecho. Este no aguantó. En una caída tras un resto, dejó de funcionar y trastocó la movilidad del murciano, que no volvió a ser el mismo.
Hasta ahí, había sido un partido bonito, con picos de juego brillantes y alguno de los puntos que quedará para el recuerdo de la carrera de Alcaraz. Djokovic comenzó mejor, con la experiencia de haber estado en esta situación muchas más veces que su rival, y atrapó un primer set en el que Alcaraz tuvo que haber sido más resolutivo con las pelotas de ‘break’ -perdió las cuatro que tuvo- y con los errores no forzados —cometió 16—.
Su nivel fue en mejoría, como era lógico, y pese a tener problemas otra vez para quebrar el saque de Djokovic -necesitó de otras cuatro oportunidades-, esta vez sí rugió para poner un 7-5 con el que igualó el partido. Comenzaba entonces una refriega al mejor de tres sets, con dos horas de tenis ya en las piernas y con el público bien acomodado en sus asientos.
Hasta que el gemelo derecho de Alcaraz dijo basta. Con 1-1, el español tuvo que parar y recibir asistencia del fisio. Esto le costó perder su servicio, puesto que no está permitido un tiempo médico hasta el cambio de lado. Tuvo que entregar su servicio y volver con una movilidad muy reducida. Atado con cadenas a la pista, perdió los cinco juegos siguientes y parecía que tomaría el camino de la retirada.
«Voy a hacer un último intento. No me puedo ir tan pronto», le dijo a su equipo, y se fue a vestuarios cinco minutos. El tratamiento funcionó ligeramente y Alcaraz no se retiró del encuentro. Aguantó, como ya hizo en la final de Río de Janeiro este año, cuando cayó lesionado ante Cameron Norrie, pero no tenía ni la gasolina ni las piernas para competir ante un Djokovic demasiado concentrado en sí mismo.
«Mucha mala suerte»
Pese a tener a Alcaraz visiblemente dolorido delante, Djokovic no dudó en celebrar puntos con el marcador 3-0, 4-0 y 5-0. Esto le valió los abucheos del público francés, que no perdonó la poca deportividad del serbio, ni siquiera cuando, ya con el partido finalizado, fue al centro de la pista a celebrar. La ovación para Alcaraz, mientras se perdía por el túnel de vestuarios, fue mucho mayor que la dedicada al ganador del partido.
«Carlos ha tenido mucha mala suerte. Lo último que quieres que te pase aquí son problemas físicos. Espero que pueda recuperarse pronto y volver. Le dije en la red que tiene mucho tiempo por delante para ganar este título muchas veces. Es un tenista increíble y un gran chico», dijo Djokovic al ser entrevistado por Álex Corretja.
Djokovic disputará el domingo su séptima final en Roland Garros, con la oportunidad de ganar su tercer título en la capital francesa, con lo que se convertiría en el primer tenista en la historia en ganar los cuatro grandes en al menos tres ocasiones, además de dejar atrás a Rafa Nadal como el hombre con más Grand Slams. En caso de ganar la final, además, superará a Alcaraz como número uno del mundo y se acercará al objetivo de llegar a 400 semanas en la cumbre. Actualmente tiene 387.