La Asobal plantea no jugar la 2023-24

La Liga Asobal 2023-24 corre peligro de no disputarse y no parece un farol de los clubes. Reunidos ayer de urgencia, los integrantes de la asociación lanzan un mensaje unánime dirigido a la Federación Española de Balonmano: No les reconocen como organizadores de la principal competición nacional, van a impugnar la última asamblea federativa —en donde aprobaron la fecha de inicio de la Liga, entre otros puntos— y, si es necesario, no competirán la próxima temporada. Y todo debido a la conversión en Liga Profesional, que después de haber sido aprobada hace casi un año por el Consejo Superior de Deportes, necesita registrar los estatutos como paso final para tener el visto bueno. Un trámite que con la salida de José Manuel Franco de la presidencia del CSD queda en el aire y la RFEBM «lo ha aprovechado para apropiarse competencias que ya no tienen», según señalan fuentes de la Asobal a este periódico.

Tal y como indican desde la asociación, aprovechando ese vacío de poder que existe ahora mismo en el CSD, el presidente de la RFEBM, Francisco Blázquez, ha tomado las riendas de la Liga Asobal para la siguiente campaña —que en principio debería iniciarse el segundo fin de semana de septiembre— obligando a los clubes, entre ellos el Abanca Ademar, a inscribirse con fecha límite de ayer 15 de junio. De no haberlo hecho estarían fuera y sus plazas podrían recaer en otros equipos. Indignados y totalmente en contra del giro de guion, desde Asobal acordaron apuntarse en bloque —para evitar males mayores— pero dejando claro que no reconocen a la Federación Española de Balonmano como organizador. 

El resquicio al que se acoge la RFEBM es la salida de Franco como presidente del CSD y la falta del ok al registro oficial de los estatutos de la Asobal como Liga Profesional. Desde la asociación iniciaron los trámites para registrarlos el pasado mes de enero y no fue hasta mayo cuando el Consejo Superior de Deportes les comunicó que debían corregir algunos puntos para poder darles la luz verde definitiva. Pero ahora todo queda en el aire y, sin que el CSD mueva ficha, no se pueden constituir en Liga Profesional como tal.

Daños colaterales del 23-J

Las elecciones generales del 23 de julio han traído consigo daños colaterales y uno de ellos es la salida de José Manuel Franco de la presidencia del Consejo Superior de Deportes. La Asobal pide amparo a la institución, que depende del Gobierno, para que medien en el nuevo conflicto con la Federación Española de Balonmano. Insisten en que ellos han cumplido con las fechas que les marcaron para registrar los estatutos y es el CSD quien debe cumplir ahora su parte dando el visto bueno a las modificaciones, algo que no ha sucedido y a lo que se acoge la Federación Española para «apropiarse» la organización de la Liga. 

En un principio había clubes que estaban por la labor de no inscribirse en la Liga y otros que sí. Sin embargo ayer mismo acordaron hacerlo en bloque, pero eso sí, sin reconocer a la RFEBM. Si el CSD no media, todo indica que los problemas históricos entre Asobal y RFEBM vivirán un nuevo episodio en las próximas semanas.

Se avecina otra guerra

Los propios clubes son los primeros interesados en que la Liga 2023-24 se lleve a cabo, pero no están dispuestos a acatar las directrices de la Federación porque subrayan que ya han sido reconocidos como Liga Profesional y por tanto la organización de la misma corre de su cuenta.

La RFEBM cree que al no haber registrado los estatutos tienen potestad para organizar la Liga Asobal 2023-24, pero la Asobal difiere y no les reconoce la legitimidad. ¿Quién puede tener la llave para solucionarlo? El Consejo Superior de Deportes.

El Gobierno de España ha nombrado a Víctor Francos como nuevo presidente del CSD. Con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina nadie sabe lo que durará en el cargo y lo dispuesto que estará —al menos en este mes al frente— de mediar entre ambas partes y sobre todo, como pide Asobal, de darle el visto bueno a los estatutos de la Liga Profesional.