La Cultural parte de cero el 12-J
El equipo leonés iniciará la pretemporada en julio con una plantilla nueva tras dar de baja a más de la mitad de sus jugadores después de otro fracaso deportivo
La Cultural de Raúl Llona comenzará la pretemporada el próximo 12 de julio. Un nuevo proyecto que empezará casi desde cero después de que sean ya más de once los jugadores de la plantilla que no continúan en el club. Y los que todavía quedan por salir. Un éxodo masivo que demuestra una vez más la mala planificación deportiva de la entidad que dirige Felipe Llamazares en su enésimo intento fallido por devolver al conjunto leonés al fútbol profesional.
De momento solo se ha anunciado un fichaje de forma oficial, el del extremo Carlos Calderón, quien ya estuvo a las órdenes de Llona en el Logroñés. Lógicamente en los próximos días se irán sumando otros muchos para completar un equipo que la campaña que hace apenas unas semanas echaba el cierre consiguió salvar la tercera categoría en la última jornada, justo en el año que conmemora su centenario.
Ahora toca comenzar desde el principio otro intento por asaltar las plazas de play off —objetivo que el propio Llona se marcó el día de su presentación— y que se les resiste a los leoneses una y otra vez a pesar de que las cuentas del club quedaron saneadas tras la llegada de Aspire. Salvo el oasis de Rubén de la Barrera y su ascenso a Segunda, el resto de intentonas han sido fracasos. Todos ellos con la autocrítica por parte de la cúpula brillando por su ausencia.
En ocho años ya han desfilado por la Cultural más de 150 jugadores. Un despilfarro en fichas que se repite verano tras verano sin que sirva ni siquiera para que el equipo se mantenga en la parte alta de la tabla. Y eso que cuando Aspire se hizo cargo del club las líneas rojas quedaron claras; que la histórica deuda económica fuese erradicada y que en pocos años se ascendiera a Segunda División para asentarse. Solo la primera premisa se cumplió escrupulosamente. Sin embargo, la parcela deportiva continúa siendo un caos. Se subió sí, pero fue efímero y desde entonces —salvo lo cerca que estuvo Aira de repetir hazaña— cada temporada ha sido peor que la anterior.
En esta última solo fueron capaces de lograr tres triunfos en toda la segunda vuelta. Pero aún así, la idea que se vendió el pasado verano fue la de asentar una columna vertebral que forjara un equipo mucho más fiable a medio plazo, aunque como suele ser habitual, nada de lo prometido. La realidad: Una plantilla prácticamente nueva, entrenador incluido.