Las dos caras de Aspire Catar en la Cultu

En un proyecto pensado básicamente para el Mundial 2022 celebrado en Catar, el desembarco de la «propiedad» en León fue recibido como la tabla de salvación para una Cultu que agonizaba y que estaba abocada a la desaparición.

Sus primeras medidas fueron aplaudidas y entusiasmaron a la afición, pusieron al día las nóminas de los trabajadores que arrastraban retrasos insoportables y abrieron un camino de ilusión y trabajo que después de unas pocas temporadas culminó con el histórico ascenso a la Segunda División con una temporada de ensueño de la mano de Rubén de la Barrera.

Personajes claves como José Lasa y Roberto Olabe y por qué no decirlo Felipe Llamazares nos hicieron felices y la sintonía era absoluta.

El futbol profesional volvía a casa.Pero con el ascenso y la llegada a León de personajes funestos a la altura de los «ladrilleros» como Antonio Martín, una especie de embajador de Aspire en León, el impresentable Ignacio Álvarez como «jefe» por encima de la dirección general y el trabajo en la sombra de la figura más dañina para la Cultu en años como es Iván Bravo, director general de Aspire y dueño del Alcorcón se empezó a complicar la realidad al punto que cada año empeora la situación pasando del descenso a Segunda B, con errores imperdonables de la «directiva» que por dolorosos no recordaré, a rozar cada temporada el descenso a una 2ª RFEF, la tercera de toda la vida.

Añadamos a esto el empecinamiento de la propiedad en mantener contra toda lógica a Felipe Llamazares en la dirección general y cabeza visible del proyecto y ya tenemos el cóctel perfecto para revivir una temporada tras otra la vorágine de despidos y fichajes que desorientan al más experto entendido en la materia.

Puestos a ser malpensados, como mínimo diríamos que son «raros»todos estos movimientos de entrenadores, jugadores, directores técnicos... pero lo que en el fondo transfiere es la escasez de interés de la Academia Aspire en mantener la ilusión en la Cultu pasado el Mundial, los presupuestos así lo reflejan, y la tozudez en mantener a puestos clave de la organización en León y Madrid a personajes absolutamente sobrepasados o demasiado interesados en mantener sus puestos.

Estamos empezando julio y la planificación pasa por despidos en masa y fichajes que solo los más avezados seguidores del fútbol modesto conocen.Más de lo mismo en un intento cuasi desesperado por acertar en la misión.

Su acierto será nuestra ilusión pero la lotería no suele repetir ganador.

Triste epílogo para una organización como Aspire.