Diario de León
Lewandowski y Maksimovic, en una de las muchas faltas que hubo durante el partido. ZIPI ARAGON

Lewandowski y Maksimovic, en una de las muchas faltas que hubo durante el partido. ZIPI ARAGON

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El Barcelona firmó su tercer empate sin goles consecutivo en el Coliseum Alfonso Pérez (0-0), donde se atascó ante el Getafe, que planteó una guerra que llevó a su terreno marcada por el juego al límite de Damián Suárez con el que consiguió desquiciar a un rival que acabó con dos expulsados: Raphinha y Xavi Hernández.

No era ningún secreto que al Barcelona le iba a esperar una buena batalla en el Coliseum. Xavi cuando se ha sentado en el banquillo del estadio del Getafe, ha terminado desesperado. En sus dos últimas visitas, no pasó del 0-0 y acabó hablando del césped y con excusas de diferente índole para no decir que no pudo traspasar la muralla plantada por el conjunto azulón.

Y, de nuevo, el Barcelona se encontró con otro planteamiento muy conservador pero con una diferencia: Bordalás no dudó en sacar a sus hombres más resabiados y con muchas batallas a sus espaldas. En el once aparecieron jugadores como Jaime Mata, Alexsander Mitrovic, Nemanja Maksimovic, Djené Dakonam y, sobre todo, Damián Suárez. El uruguayo, se las sabe todas y fue el principal protagonista del primer acto. El uruguayo encabezó a un grupo en el que no había ninguna hermanita de la caridad. Todo lo contrario.

Con esos actores, que en cualquier películas serían villanos, el Getafe saltó al terreno de juego con una línea de cinco atrás que sin balón llegaba a convertirse en una de seis con el retroceso de Maksimovic. Consiguió no dejar casi ni una rendija por la que pudieran pasar unos jugadores que acabaron desesperados. También los sufrió Gündogan, que acabó en el suelo con un golpe en la boca del estómago de Damián. Y Raphinha, que poco a poco se fue calentando hasta que explotó. No pudo más, y al filo del tiempo añadido dio un codazo tremendo en la cabeza a Gastón Álvarez y fue expulsado con justicia.

Mientras, en medio de esas peleas intestinas, el Getafe falló un mano a mano desperdiciado por Juanmi Latasa, que se trastabilló en el último momento frente a Marc-André ter Stegen. Y, el Barcelona, lo intentó con un disparo desde fuera del área de Oriol Romeu y con dos lanzamientos de Raphinha que salvó Soria. El segundo, justo antes de su expulsión, acabó con la pelota sobre el cuerpo de Mitrovic, donde rebotó para golpear contra el poste izquierdo de Soria. Eso fue todo. Poco fútbol pero muchas emociones. Xavi lo vivió desesperado y en el descanso de la hidratación pidió a sus jugadores a gritos «que pasaran cosas». Y pasaron. Raphinha salió como un torbellino, rozó el gol y luego fue expulsado.

Y aún quedaba toda la segunda parte para lidiar con un miura como el Getafe. Al equipo de Bordalás, la ventaja numérica le duró prácticamente un suspiro, el que tardó Jaime Mata en hacer una entrada a destiempo sobre Araujo al inicio de la segunda parte y por la que vio su segunda amarilla.

Lo intentó Lewandowski con un cabezazo que sacó bajo palos Gastón; Oriol Romeu con un disparo desde fuera del área que se fue por encima del larguero; Abde con otro intento que no encontró portería; igual que Ansu Fati, que no acertó entre los tres palos; y el árbitro Soto Grado, al final, en el minuto 99, que no quiso dar otra ocasión tras acudir al VAR para revisar un posible penalti.

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