Vilda, más fuera que dentro de la selección femenina
El seleccionador tiene los días contados al frente del combinado español Su apoyo a Rubiales le ha condenado
Jorge Vilda se ha quedado solo. Cuando se cumple poco más de un año de la rebelión de un grupo importante de futbolistas, el todavía seleccionador femenino se ha quedado sin jugadoras -han renunciado las 23 campeonas del mundo, las ‘rebeldes’ y algunas más-, se ha quedado sin su cuerpo técnico y también se ha quedado sin la persona que le ofreció cuatro años de contrato a razón de 500.000 euros, un Luis Rubiales que ha visto cómo todos los apoyos desaparecían y el lunes por la noche se encontró con que las mismas personas que le llevaron a Las Rozas, los presidentes de las Territoriales, le pedían su dimisión «inmediata».
Vilda no tiene nadie a su lado y la junta directiva de la Federación Española de Fútbol (FEF) tiene tomada la decisión de destituirle. ¿Cuándo? Más pronto que tarde, en principio la semana que viene. Su continuidad, por tanto, pende de un hilo. No obstante, existe un ‘pero’, esa prolongación ofrecida por el exfutbolista que obliga a negociar su despido. El entrenador madrileño ya estaba sentenciado antes del Mundial. Una de las promesas que la Federación realizó a futbolistas como Jenni Hermoso y Alexia Putellas, que no firmaron la carta de renuncia pero que estaban alineadas con sus compañeras, era que al término de la Copa del Mundo iba a haber una renovación en el cargo, según recoge ‘Abc’.
Lo que no se esperaba el órgano que rige el fútbol en España es el éxito logrado en Australia y Nueva Zelanda.
Con el título en el bolsillo, era muy complicado prescindir del técnico. No obstante, el beso no consentido, las declaraciones posteriores de Rubiales, las presiones de Vilda a Hermoso en el avión de vuelta de Sídney para que hiciera una declaración conjunta con el expresidente para rebajar lo sucedido en la entrega de medallas y, ante todo, sus aplausos en la asamblea extraordinaria en la que el motrileño anunció que no iba a dimitir provocaron su sentencia. Por mucho que emitiera un comunicado en el que se desmarcaba de su principal valedor, de la persona que le respaldó en el conflicto con las futbolistas, ya estaba señalado. De nada sirvió hablar de «comportamiento inapropiado» del dirigente inhabilitado de manera provisional por la Fifa ni que dijera que «no cabe duda de que es inaceptable y no refleja en absoluto los principios y valores que defiendo en mi vida, en el deporte en general y en el fútbol en particular».
Próxima convocatoria
La actual Federación, con Pedro Rocha a la cabeza, entiende que debe mantener una conversación con el preparador que, pese a todo, ha ganado el Mundial con España con un bloque de futbolistas que firmaron una proeza sobre el terreno de juego. Por un lado, por respeto. Y sobre todo por esa oferta que lanzó al viento Rubiales es una surrealista comparecencia: cuatro años a razón de 500.000 por ejercicio, casi el triple de lo que aparecía en su anterior compromiso. Entienden en Las Rozas que se trata de una propuesta, pero en principio sería vinculante.