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Nico Alija, diez meses con el balón de baloncesto y ya lo ha reclutado la selección española

- Este joven leonés de 12 años ya está en la U-12, por la Autonómica y por el Colegio Leonés, gracias a su talento

Nicolás Alija con la camiseta de la selección española U-12. DL

León

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Apenas lleva diez meses con un balón de baloncesto en sus manos y ya ha vestido la camiseta de la selección española U-12. Un logro al alcance de pocos y que para Nicolás Alija Pérez es una realidad para este joven leonés que el pasado mes de mayo cumplía 12 años.

Con episodios que bien valdrían para un guión cinematográfico, la historia de Nico con el baloncesto se remonta a septiembre de 2022 y a la preocupación de sus progenitores Francisco y Sylvia al comprobar que elevaba más un hombre que el otro. Una consulta médica con radiografía incluida descartaba cualquier tipo de dolencia. Más bien lo contrario. Todo era postural. Y para corregirlo le recomendaron hacer deporte. La natación era la primera opción aunque Nico estaba más decidido por el baloncesto. Y ahí empezó su camino por un deporte en el que está logrando metas de precocidad. 

Sus primeros pasos los daba en octubre del año pasado cuando sus padres, agricultores y ganaderos, lo apuntaron al club de La Bañeza. Pero sus dotes y fácil aprendizaje (como en los estudios donde cuenta con calificaciones de sobresaliente) también llamaron la atención de su profesor en Valcabado del Páramo donde reside. Antiguo alumno del Colegio Leonés y también profesor en su momento de este centro educativo donde el baloncesto es también santo y seña, sus aptitudes llamaron su atención. Hasta el punto de ponerse en contacto con Pepe Estrada. Y ahí ese primer paso se convirtió en todo un salto hacia adelante. Y de entrenar un día con su club en La Bañeza a hacerlo un día más ya en León bajo la batuta de los técnicos del Colegio Leonés.

Mundial 2023

España-Letonia. La ‘ÑBA’ comienza hoy  (11.45 horas) la segunda fase del Mundial 2023 en busca de los cuartos de final tras el pleno en la primera fase ante una de las revelaciones del campeonato, una Letonia que juega arropada por su numerosa afición y que disfruta con la confianza que le otorga el haber eliminado a Francia. El domingo tocará Canadá.

Su crecimiento tanto a nivel físico (en la actualidad cuenta con una altura de 185 centímetros) como a nivel técnico y táctico posibilitó incluso que desde el Colegio Leonés se consultara con sus padres para federarlo. Y también para que esas sesiones de trabajo en la cancha pasaran a tres a la semana. Y todo sin hacer ruido. Porque Nico, un niño tranquilo e introvertido, se lo toma como un juego aunque poco a poco ese gusanillo también va abriendo las puertas a un futuro que como apunta su madre Sylvia ya le hace pensar en, siempre paso a paso y sin prisas, dedicarse a este deporte como profesional. Y también a entrenar.

Un camino que ya cuenta con la primera llamada de la Federación española y su departamento de seguimiento de talentos que lo llevó el mes de agosto a participar en la concentración de la selección U-12 en la que tomaron parte 32 jugadores de toda España. Y antes en la selección de Castilla y León con la que tomó parte en el Campeonato de España Alevín en Salou y donde precisamente llamó la atención de los técnicos de la Federación nacional. Su talento apunta a cotas importantes y aunque cuenta con 12 años su nombre ya aparece entre los subrayados por la FEB como los herederos de los actuales campeones mundiales. Los ‘ÑBA’ españoles.

«Cuando fue con la selección de Castilla y León no había salido de casa y de su ambiente... y eso le impresionó»

Nico Alija está viviendo unos meses de ensueño. Desde que el Colegio Leonés se fijó en él de la mano de Pepe Estrada hasta que la selección española U-12 llamó a su puerta. Muchas sensaciones para un niño de 12 años y nada menos que 185 centímetros de altura. Pero él se lo toma con la tranquilidad que siempre ha mostrado en su vida. Así lo apunta su madre Sylvia la que junto a su padre se encargan de llevarlo a los entrenamientos primero a La Bañeza y luego a León.

«Sabe lo que le está pasando pero tiene, como nosotros, los pies en el suelo. Aún no ha logrado nada y lo importante es que disfrute del deporte», remarca su progenitora para la que este curso se presenta un poco más ajetreado. «Nosotros tramamos de compaginarlo de la mejor manera posible. Somos agricultores y granjeros y cuando uno de nosotros, su padre o yo, tenemos que llevarlo a entrenar, otro se queda trabajando bien sea ordeñando o haciendo otras cosas».

También recuerda la primera llamada por parte de la selección de Castilla y León. «No había salido nunca de casa y volvió diciendo que no quería ir más. Luego todo cambió y ahora disfruta de ello».