De la Fuente: «Pido perdón pero no voy a dimitir»
Luis de la Fuente ofreció ayer la rueda de prensa más turbulenta de su carrera. El estallido del ‘caso Rubiales’ y el torrente de críticas que recibió el seleccionador español por sus aplausos al ahora suspendido presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) durante la Asamblea que el motrileño usó para intentar atrincherarse en el puesto contra viento y marea colocaron al técnico de Haro en una situación límite, pese a su tardía rectificación mediante un comunicado emitido horas después de que la Fifa apartase a Rubiales temporalmente del cargo y en el que repudiaba el comportamiento del dirigente al término de la final del Mundial femenino.
El seleccionador español absoluto asumió los reproches que ha recibido y pidió perdón por lo que definió como «un error humano» por su parte, aunque «inexcusable». Arguyó que asistió a la Asamblea del pasado viernes «convencido de que acudía a un acto protocolario de dimisión del presidente» y defendió que no «estaba preparado» para el posterior desarrollo de los acontecimientos vivido en la sala. El giro de guion, aseguró, le dejó «en shock» y no supo reaccionar con la celeridad necesaria. Reiteró que las conductas de Rubiales no representan los valores que siempre ha defendido y subrayó que «ni Jenni (Hermoso) ni el resto de sus compañeras son responsables de lo que allí aconteció». «Me gustaría pasar página de este desafortunado incidente y volver a hablar de fútbol», explicó en una espinosa comparecencia en la que se vio cercado por todos los flancos.
«No tengo que dimitir, tengo que pedir perdón», sostuvo en cualquier caso un De la Fuente que dijo que si pudiera regresar atrás en una máquina del tiempo «no volvería a cometer» ese error. «Todos los que me conocéis sabéis mi comportamiento, estoy del lado de la igualdad y del respeto», insistió días después de que la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, le reclamarse que se echase a un lado por sus gestos de complacencia hacia Rubiales.