El «se acabó» de Sánchez sentencia a Rubiales tras la decisión del TAD
El Gobierno enseña la puerta de salida a Luis Rubiales, aunque por ahora su determinación de que deje de comandar sin más dilación la Federación Española de Fútbol (RFEF) haya tropezado con la rebaja sancionadora de los hechos decidida el viernes por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
La resolución, que ha dejado en «grave» tanto el beso forzado a Jenni Hermoso como su falta de decoro al festejar el triunfo de la selección en el Mundial, representa un revés para el Ejecutivo, porque la calificación más suave de lo ocurrido y no como un comportamiento «muy grave» impide al Consejo Superior de Deportes (CSD) apartar de su cargo al aún máximo responsable de la RFEF. La Moncloa ha optado por reaccionar al varapalo con el presidente Pedro Sánchez a la cabeza, quien dio este sábado por sentenciado al dirigente federativo. «Se acabó», le avisó en un mitin en Málaga, haciendo suyo el lema que se ha hecho viral en defensa de Hermoso y sus compañeras, la igualdad real y la lucha feminista.
El jefe del Gobierno en funciones aprovechó el acto de apertura del nuevo curso político, marcado por una incierta investidura a la que el mandatario socialista aspira envuelto, entre otras banderas, en la de los derechos de las mujeres, para transmitir que el Ejecutivo no piensa cejar en su voluntad de desposeer de sus responsabilidades a Rubiales. Sánchez lo hizo sin mencionar por su nombre ni una sola vez al dirigente federativo y sin añadir más información a la ya la anticipada la víspera por el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, sobre qué piensa hacer a partir de ahora el Gobierno: recurrir al TAD para intentar conseguir, al menos, una suspensión cautelar de Rubiales -alejado de sus funciones nacionales e internacionales durante 90 días, pero por decisión de la Fifa- antes de que el expediente se resuelva definitivamente.