Verstappen logra la triple corona a falta de seis carreras
Pocas veces en la historia de la Fórmula 1 se tenía tan claro quién iba a ser el campeón del mundo. Ni siquiera el comienzo de un sorprendente Fernando Alonso con un Aston Martin que ha acabado desinflado, o Sergio Pérez, cuya candidatura solo se creían sus más acérrimos fans pero que, en teoría, debería llevar un coche a la altura, han podido evitar que Max Verstappen conquistase este domingo su tercer título mundial consecutivo. A falta de seis grandes premios (algo que solo logró Michael Schumacher), el neerlandés se coronó de nuevo y, salvo inesperado giro técnico, todo apunta a que no será la última vez.
Verstappen se une al club de los tricampeones, aunque todo parece indicar que les dejará atrás en breve, como hizo con los bicampeones Fernando Alonso, Mika Hakkinen, Jim Clark o Emerson Fittipaldi. Ahora mira a los ojos a los mismísimos Ayrton Senna, Nelson Piquet -con quien le unen lazos familiares-, Niki Lauda, Jackie Stewart y Jack Brabham. La irrupción de Verstappen en el panorama de la Fórmula 1 ya habla por sí mismo. ¿Qué piloto era este por el que se pelearon (casi de manera literal) en Mercedes y Red Bull, hasta el punto de convencerle con el órdago de subirle directamente a un F1 antes de pasar por categorías inferiores? Las intrigas en los despachos es el reino de Helmut Marko, el todopoderoso asesor de la escudería de las bebidas energéticas, y demostró su buen ojo -esto sí es literal, ya que el otro lo tiene de cristal por un accidente en sus tiempos de competición- con Verstappen. Digno heredero de los años de gloria de Sebastian Vettel, el hijo de Jos ha superado con creces a su padre y ya los hay que lo ponen a la altura de gigantes como otros tricampeones. y más allá.
La figura de Ayrton Senna es muy invocada por aquellos que ven en un piloto joven a uno de los mayores talentos potenciales que se prevén. En el caso de Verstappen fue así: desde el principio se le proclamó como el 'nuevo Senna', con lo peligroso que es poner las expectativas tan altas. En ciertas cosas se parecen notablemente. Con carácter muy fuerte, muchas veces por encima de lo que la seguridad propia y de otros pilotos recomendaría y con una capacidad innata para ser veloz prácticamente en cualquier circunstancia, ya hay quien ve en Verstappen a un verdadero heredero espiritual de Senna. Aunque quizá haya que mirar a otro tricampeón para ver su verdadero carácter.
Y es que la Fórmula 1, como muchos otros campos de la vida, tiene un cierto punto endogámico. Pilotos que acaban manteniendo relaciones con periodistas, amigos del paddock que acaban siendo algo más. Es lo que le pasó a Verstappen con Kelly Piquet, su actual pareja, e hija del legendario Nelson Piquet. Tricampeón en los años 80, cuando Max no estaba ni en proyecto, los paralelismos entre suegro y yerno son notables: un mal genio innato, cierto desdén y falta de humildad en muchos aspectos y, sobre todo, un hambre por ganar voraz. Si tiene que morder, muerde. Si tiene que golpear, golpea.
En este sentido, hay quien ve en Verstappen cierta crueldad. Prueba de ello es lo que hizo a finales de 2022, cuando ya tenía atado el título Mundial y se negó a ceder su puesto a Sergio Pérez. "Arrasa con lo que veas y generoso no seas", que decían en cierta saga peliculera de piratas. Algo parecido a lo que le pasaba a Lauda, dispuesto a ganar siempre que se pudiera asumir cierto riesgo y ni un ápice más. Verstappen es consciente de que tiene ante sí la oportunidad de convertirse en el más grande, pero también de que en cualquier momento puede hundirse si Red Bull no hace su trabajo, que es darle un coche superior.
El factor riesgo hace ya mucho que se perdió en la Fórmula 1. Verstappen forma parte de una generación en la que incluso accidentes graves como el que tuvo Romain Grosjean en Sakhir en 2020 se solventan en el hospital y no en el cementerio. El tricampeón le debe mucho, como el resto de la parrilla, a la labor ingente que hizo el legendario Sir Jackie Stewart, el campeón del mundo de mayor edad que queda vivo. El escocés se hartó de ver cómo sus compañeros, rivales y amigos morían por culpa de la falta de seguridad. El propio Verstappen se benefició de su lucha, cuando aquel accidente en Silverstone causado por la inconsciente maniobra de Lewis Hamilton en 2021 le mandó directo contra las barreras.
La gran duda no está en el número de títulos que ganará Verstappen, sino cuándo dejará de lograrlos. En un campeonato en el que cada vez hay más carreras, tener un coche tan superior es prácticamente garantía de éxito, mucho más que en épocas pretéritas. Prueba de ello es apuntar al mítico Jack Brabham. Piloto, mecánico, ingeniero y luego fundador de una escudería, el neozelandés se alzó con tres títulos en los primeros años de la Fórmula 1 y 'solo' ganó 14 carreras. Verstappen, a falta de lo que pueda hacer este domingo en Catar, ya tiene 13. solo en este inmenso 2023.
De paseo en el sprint El sprint de Catar dejó a Oscar Piastri como ganador, como se preveía visto lo visto en los únicos libres del viernes y la clasificación y en las últimas carreras. Pocas sorpresas en este sentido, en un circuito plano y sin demasiadas posibilidades de incidentes serios en el que no dejaron de salir coches de seguridad. Los primeros los provocaron Lawson y Sargeant en los primeros compases, pero el más grave fue el que tuvo a uno de los Red Bull como víctima. Como no podía ser de otra manera, Verstappen no se la jugó ni un pelo, y cedió varias posiciones... pero dado que Checo Pérez decidió autodescartarse en un accidente con Ocon, al nuevo campeón del mundo le bastó con ir paseándose hasta la meta. El segundo puesto de Verstappen le dio de sobra para cantar el alirón.
En cuanto a los españoles, Fernando Alonso partía con cierta pesadumbre, dado que Aston Martin se ha rendido en este 2023 y ni siquiera llevaron evoluciones mínimas a este trazado. El asturiano, que salía noveno, finalizó en esa misma posición, con lo que no puntuó. Cedió la séptima plaza en la última vuelta con un explosivo Hamilton, que peleó por el 'top 5' hasta los últimos metros con los Ferrari. Carlos Sainz acabó sexto, con Charles Leclerc séptimo, demostrando una vez más que una de las peleas más interesantes de este año están en el seno de la Scuderia.