Diario de León

De la Fuente da con la fórmula

El liderazgo de Morata o Navas facilita la adaptación de la nueva hornada en La Roja

España se entrenó ayer en Sevilla antes de viajar a Noruega. P. GARCÍA

España se entrenó ayer en Sevilla antes de viajar a Noruega. P. GARCÍA

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España tiene ya casi puestos los dos pies en la Eurocopa de Alemania después de su trabajado triunfo en Sevilla ante una rocosa Escocia. El plan A de Luis de la Fuente sirvió para que La Roja fuese madurando un partido espinoso con mucha paciencia y el seleccionador supo agitar la coctelera desde el banquillo para dar al combinado nacional el impulso que necesitaba.

La entrada de Fran García, Bryan Zaragoza, Jesús Navas, Oihan Sancet y Joselu Mato en la segunda parte revolucionó un encuentro hasta entonces encallado y sirvió un ‘match ball’ que España tratará de hacer bueno en Oslo. Hay margen para el error porque en caso de fallar ante la Noruega de Erling Haaland, todavía le restarían otras dos balas frente a Georgia y Chipre en noviembre para sellar el pasaporte hacia el Europeo, pero este grupo de veteranos y noveles bien avenidos quiere dar otro golpe de autoridad el domingo.

La experiencia y el liderazgo de hombres como Álvaro Morata o Jesús Navas, que están curtidos en mil batallas pero conservan la ilusión de un debutante cada vez que se enfundan la casaca nacional, facilitan el acoplamiento de la nueva hornada de internacionales que se están abriendo paso con Luis de la Fuente. El jueves, en el Estadio de La Cartuja, el madrileño y el sevillano se asociaron magistralmente para reventar el candado escocés y sacar adelante un encuentro con mucha miga que sentenció Sancet

Tampoco es cuestión de echar las campanas al vuelo porque España sigue arrojando alguna que otra sombra y el guion podría haber sido distinto de haber validado el VAR el tanto de McTominay en el único arrebato de furia visitante cuando todavía campeaban las tablas en el marcador, pero España demostró que tiene hambre y registros suficientes para invitar al optimismo.

Luis de la Fuente ha conseguido inculcar a su tropa el mensaje de que España, por encima de todo, debe ser un equipo.

Es un mantra que ya tenía Luis Enrique y que su sucesor en el cargo ha grabado a fuego en el vestuario de la selección. Lo repitió varias veces en Sevilla con ese buenrollismo del técnico riojano que puede resultar demasiado edulcorante cuando afirma que sus futbolistas son «los mejores de Europa, del mundo, del cosmos», pero que le ayuda a cerrar filas y conseguir que todos remen a una. El suyo es un bloque todavía en fase de construcción, pero ya con conceptos sólidos, bien interiorizados y las necesarias dosis de competencia para que nadie se duerma. Cierto es que hay una columna vertebral muy consolidada, con decena y media de futbolistas que, salvo imprevisto, estarán en la fase final de una Eurocopa que ya difícilmente puede escapársele a España. Pero el casting para completar el cupo está abierto y con un portafolio de aspirantes en permanente estado de actualización.

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