Del infierno al cielo en cien días

Natichu Alvarado desde que tomó el mando en la Cultural, tras la salida de Felipe Llamazares, ha sabido reconducir al club a la cima en las diferentes divisiones y modalidades deportivas. Del ridículo de salvar la categoría de Primera Federación en la última jornada ante el Talavera a situarlo colíder junto a la Real Sociedad B, del descenso consumado del filial Júpiter Leonés que se evitó por la amplitud de equipos en la categoría ordenada por la Federación a colocarlo como líder en solitario, además de la capacidad de la Cultural Baloncesto que encabeza la Liga EBA en su grupo AB son comparaciones que indican que mejores registros eran impensables con sólo cien días de gobierno de la consejera ejecutiva al frente de la sociedad anónima deportiva leonesa, propiedad de la Aspire Academy perteneciente al gobierno de Catar.

Y es que el talante de Natichu Alvarado y su actitud para afrontar un nuevo proyecto al frente de la Cultural se caracteriza por la normalidad y la ausencia de protagonismo. Volcarse con las exigencias de un club que por nombre, historia y fuerza de una afición que vuelve a estar ilusionada con el equipo, este es el mejor momento para mantener la calma desde los despachos y trabajar única y exclusivamente por el bien de la entidad y dejarse de protagonismos sin sentido e intereses particulares, que en los últimos años sólo han conducido al desánimo y a que la afición estuviera harta con la gestión y las formas de gestionar un club que navegaba a la deriva.

Natichu Alvarado es la nueva jefa, a la que su afición ya jalea. La prometedora era de la Cultural ha comenzado y Natichu dirige la sociedad con guante de seda y mano de hierro. La afición ya la adora.