Diario de León

La Cultural en 2023: de rozar el descenso a soñar con el ascenso

El equipo leonés a punto estuvo de descender a Segunda Federación el pasado mes de mayo y ahora mismo el Celta de Vigo le colocaría en Segunda División

La Cultural es segunda de grupo ahora en Liga. DL

La Cultural es segunda de grupo ahora en Liga. DL

León

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La Cultural ha pasado de coquetear con el descenso a Segunda Federación —se salvó en la última jornada de Liga el pasado mes de mayo frente al Talavera— a soñar despierta con un posible ascenso a la categoría de plata. Y todo en apenas siete meses. Un 2023 que, puestos a fantasear, ahora mismo colocaría a los leoneses en Segunda de forma directa gracias al Celta de Vigo.

Los de Raúl Llona son segundos de su grupo en Primera Federación, a solo dos puntos del filial celtiña, líder y con plaza asegurada en estos momentos sin necesidad de disputar play off. Sin embargo, su ‘hermano mayor’ —dirigido por Rafa Benítez— ocupa una de las tres posiciones de descenso de Primera División, por lo que, de concluir ahora la temporada, impediría al Celta B subir y por tanto sería la Cultural la gran beneficiada. Sí, ahora es ciencia ficción, pero podría superar la realidad en 2024.

Sea como fuere, la transformación del equipo culturalista tiene encandilada a la afición, que empieza a ver ciertas similitudes con aquel histórico ‘dream team’ capitaneado por Rubén de la Barrera en 2017. Y eso que los comienzos no fueron sencillos, con una crisis de resultados que auguraban el enésimo proyecto fallido. Cambiar a casi el cien por cien de la plantilla y al cuerpo técnico —otra vez— no parecía lo mejor. Aunque Llona —un hombre siempre tranquilo— avisó que los resultados terminarían por llegar. Y así fue [ha sido] hasta ahora, con una Cultural que ya no vive una buena racha sino toda una tendencia positiva.

Cierra por tanto el club el círculo a un año que empezó con grandes aspiraciones, hasta que el globo se pinchó chafando un centenario que se pudo poner muy negro. Eduardo Docampo fue destituido por los malos resultados e Israel Martínez —un hombre de la casa— salvó los muebles con dignidad. Ahora, la Cultural se antoja sólida en defensa, atractiva en el centro del campo y eficaz en su ataque. Una orquesta que no desafina y un deseo firme para el año que entra: No bajarse del barco y regresar al fútbol profesional.

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