Abonados de otra categoría: la Deportiva bate su propio récord histórico

El pasado miércoles la Deportiva establecía otro hito dentro de su centeneria historia, hito que seguirá siendo noticia recurrente de aquí a final de temporada. La entidad batía el número de abonados más alto de su trayectoria como club, que ya había batido el curso pasado para establecerlo en 7.353. En los minutos previos al duelo ante el Arenteiro se llegaba a los 7.354. Y las oficinas de El Toralín cerraron la semana con 7.373. El número no ha parado de crecer semana a semana. Y ya cerca del 90% del aforo oficial lo cubren los socios, aunque como en cualquier club hay empresas que tienen varios o muchos abonos y no son una sola persona física. 

«Lo de la Ponferradina es otro rollo». Éste es una de tantas valoraciones que se ha hecho a lo largo de esta temporada de un hecho que llama mucho la atención y que ya se produjo tras el descenso a Segunda División B del 2007 o el que protagonizó el Atlético de Madrid a Segunda División a principios de siglo, cuando se acuñó aquello de «el infierno». Los tres descensos de categoría señalados no sólo no trajeron una pérdida importante de abonados, sino que las entidades vieron crecer el número.

Cuando algunos apostaban que la Deportiva perdería más de un tercio de su masa social y no llegaría a los 5.000 abonados, a mediados de agosto ya los superaba. ¿Cómo no los iba a superar, si el año que no se pudo entrar al estadio más de 5.000 personas pagaron su carnet?

Si sigue el goteo incesante de abonos, no sería de extrañar que se acabase llegando a la cifra de 7.500 en un estadio con capacidad para 8.400 (la oficial) y en una ciudad con 63.000 habitantes escasos.

«Es difícil ver este ambiente en un campo y en esta categoría, más un miércoles por la tarde. Envidia sana del arraigo de la ciudad a la Deportiva. 

Hay cantidad de jóvenes con las camisetas de la Ponferradina tanto en el campo como fuera». Así valoraba un aficionado del Arenteiro lo que vio el miércoles en El Toralín, acompañando la afición de una fotografía del estadio con una pinta magnífica.

Ninguno de los entrenadores que debutaron en la jornada 18 venció

Lo de «a entrenador nuevo, victoria segura» no se cumplió esta semana ni mucho menos. Hasta tres entrenadores debutaban en los banquillos y sólo uno logró puntuar. Fue Jon Erice con el Rayo Majadahonda, que empató sin goles contra el Fuenlabrada.

Paulo Alves perdió con el Lugo contra el RC Celta Fortuna 0-1, mientras que Aitor Larrazábal, preparador de la SD Logroñés, próximo rival de la Deportiva, cayó 3-0 contra Atlético Osasuna Promesas.

El cuadro riojano ha perdido cinco de los últimos siete partidos disputados y ya sólo tiene un punto de margen con la zona de descenso. Y tuvo suerte de que el Tarazona perdiese en Sabadell, sino ya hubiese afrontado el encuentro ante el conjunto berciano entre los cinco últimos.

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