Un mal día justo el peor día
El primer partido de un gran campeonato siempre es incierto y, a veces, complicado. Si le sumas que tienes que jugar con el equipo en teoría más difícil del grupo, Croacia, fuerte defensivamente y fresco, el encuentro es de una dificultad alta.
Y los Hispanos sufrieron mucho desde el principio. Con una defensa titubeante y tarde en las ayudas, desconocida en nuestro equipo, y una aportación prácticamente nula en la portería, los croatas anotaron una y otra vez cada ataque encabezados por el exademarista Lucin. Mientras, España comenzaba con muchas dudas en la circulación ofensiva y solo con la entrada de Garciandía en el lateral y el paso de Alex a central, junto con ataques esporádicos 7 contra 6, obtuvo la fluidez necesaria para no irnos del partido en la primera parte.
Pero lo peor aún estaba por venir y el inicio del segundo tiempo tiro por tierra todas las aspiraciones del equipo español con varios goles a puerta vacía de los croatas y Jordi agotando su tercer tiempo muerto rápidamente. De nuevo se repetían los problemas en ataque mientras que el rival usaba todos y cada una de sus ofensivas para anotar de cualquier manera posible, incluso gustándose e infringiendo una dura derrota a los Hispanos que prácticamente no se recuerda en la historia moderna de este equipo.
La diferencia final, la anotación croata y la efectividad de la portería española dan muestra de lo que fue el partido. Toca levantarse rápido puesto que el margen de error que el formato de este campeonato te permite para optar a medalla queda agotado en el primer partido, y ello ahora obliga a ganar todo lo que se viene por delante para repetir estar entre los cuatro mejores. Difícil sí, imposible no.