Sainz hace historia en el Dakar
El español suma su cuarto ‘Tuareg’ (con cuatro coches distintos) y se convierte con 61 años en el piloto más longevo en saborear las mieles del éxito en el raid-rally más duro del mundo
La veteranía de Carlos Sainz es tan obvia que sería absurdo destacarla como un elemento clave en la conquista de su cuarto título en el rally Dakar. El madrileño, consciente de que no tenía más que resistir en los últimos 175 kilómetros de la edición que concluyó ayer, fue con la única presión de aguantar para adjudicarse otra vez el Dakar, cuatro años después de su última corona. Los viejos espectros del pasado, la populista y cuñadesca fama de que la mala suerte le persigue y sus propias ganas de conquistar un nuevo, y quién sabe si último, trofeo Touareg, pesaron mucho más, por lo que su último día en el Dakar 2024 fue un paseo triunfal.
No se puede dejar de lado, y mucho menos este año, la labor de Audi. En la despedida del raid para la marca de los cuatro aros, que ahora echará el resto en su proyecto para la Fórmula 1 -si finalmente no da marcha atrás- y quizá con el otro Carlos Sainz en sus filas, el equipo ha demostrado una inmejorable gestión. No se puede dejar de lado cómo Matthias Ekstrom y Stéphane Peterhansel han ejercido de escuderos perfectos para Sainz, quien, a sus casi 62 años -los cumplirá en abril-, se mantiene como uno de los más temidos del raid más duro del mundo. Este adiós de oro de los alemanes ha supuesto además que el Matador haya ganado su cuarto Dakar con su cuarta marca distinta, tras Volkswagen (2010), Peugeot (2018) y Mini (2020).
ETAPA DE TRÁMITE
La última etapa fue el final de una era para Audi, y quizá para el propio Sainz. Y es que la frase que lanzó en la meta, totalmente exultante y recordando a su padre, recientemente fallecido, deja entrever lo que muchos ya consideraban como algo evidente: su retirada está más cerca que lejos. A los 61 años hace ya mucho que sobrepasó la edad lógica para un deportista de élite, pero Sainz, empeñado en demostrar esa máxima de que los años son un estado mental, sigue dejando a todos boquiabiertos.
«Si estoy aquí a mi edad, todavía a este nivel, es porque he trabajado duro antes y no he dejado de creer en mí mismo. No ha sucedido así porque sí. Voy a saborear esta victoria y a pensar en los próximos pasos de mi carrera durante las próximas semanas», admitía tras proclamarse tetracampeón del Dakar.
En lo puramente deportivo, el resultado de la última etapa fue una nueva victoria parcial para Sebastien Loeb, cuya avería el jueves le costó muy cara, con Sainz dejándose unos cómodos 10 minutos que fueron más que suficientes como para llevarse la gloria. El francés echó mucho de menos durante la última semana a un compañero que le ayudase, como sí tuvo en esta ocasión Carlos Sainz