Diario de León

Caza menor con sabor agridulce

La temporada baja el domingo 28 el telón con más nubes que claros y el conejo ‘salvando’ un balance que en el caso de la perdiz y la liebre no llega al aprobado

La temporada de caza menor bajaré el telón en la Comunidad el próximo domingo 28. FERNANDO OTERO

La temporada de caza menor bajaré el telón en la Comunidad el próximo domingo 28. FERNANDO OTERO

León

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La temporada de caza menor llega a su fin. Han sido tres meses de actividad de los que toca hacer balance. El domingo 28 será el punto y final a una campaña que deja nubes y claros. Para muchos cazadores más de lo primero, algo que ya se preveía. Aunque también apunta a algunos brotes verdes que ojalá puedan darse en temporadas venideras.

Las previsiones no eran las mejores y las primeras semanas de actividad así lo dejaron claro en algunas de las piezas estrella. Y sin duda alguna en la más codiciada, la perdiz. Aunque antes del inicio pudieron otearse algunos grupos, lo cierto es que por unas causas u otras, climatología, cambio de hábitos, los más madrugadores se toparon con pocos ejemplares, más bien escasos, lo que llevó a un buen número de cazadores a completar jornadas con perchas ‘vacías’... y en el mejor de los casos con exiguos trofeos de uno o dos ejemplares. Poco botín y eso dependiendo de la zona.

Bien es cierto que la situación fue mejorando algo con el paso de las semanas aunque no ara que el suspenso pasara a un aprobado. Aunque sí para que esa mejoría, aunque leve, pueda apuntar a un siguiente ejercicio mejor.

Tampoco pintaban bien las cosas para la liebre. En los últimos años su número decreciendo. Enfermedades y otra serie de condicionantes no apuntaban como mejores compañeras de viaje para que en esta temporada la situación mejorase. Y así quedó patente con momentos en los que su presencia era nula en algunos escenarios de la provincia mientras que en otros incluso los cazadores buscaban piezas diferentes dado no sólo la dificultad de dar con ellas, también con la idea de que esa escasa población pudiera mantenerse para posibilitar en un futuro un mayor número de ejemplares.

Por ese motivo incluso su balance puede decirse que es incluso menos positivo que el de la perdiz aunque también se espera que esa situación cíclica que marca la naturaleza pueda llevar a recuperar la presencia de la liebre en los campos de la provincia más pronto que tarde.

El tercer vértice de la caza menor, el conejo, se puede decir que ha ‘salvado’ el balance. Aunque no es para tirar cohetes. Con un número que no es el de antaño con poblaciones importantes, su número al menos ha posibilitado que las jornadas para los cazadores no hayan transitado en el desierto. Eso sí, sería preciso tomar nota para que ese constante nivel de decrecimiento en su número pudiera analizarse más seriamente e intentar que las amenazas que ya han hecho mella en su ‘prima’ la liebre no se conviertan también en un punto oscuro para otra de las estrellas de la caza menor.

Todo ello sin duda alguna convierte la valoración, aunque está es para todos los gustos y también según sea la zona y el cazador, en una temporada que empezó muy mal y que ha ido remontando el vuelo aunque de manera liviana. Esperanzadora pero aún con reticencias y esperando que la siguiente pueda llegar con mejores perspectivas. Y lo que es más importante para los cazadores, con realidades sobre el terreno.

Los últimos días están ya presentes y el domingo tocará guardar la escopeta para unos meses en los que la espera volverá a tener respuesta en la media veda y posteriormente, ya en pleno otoño de 2024, con una nueva campaña de caza menor en Castilla y León.

Eso sí, para el jabalí, ya fuera de la caza menor, los cazadores aún pueden intentar cobrarse algún trofeo a lo largo de las jornadas que restan para en el mes de febrero también se baje el telón.

Los que siempre apuran hasta el último día tienen oportunidad de aprovechar estas jornadas.

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