JUZGADOS
La defensa de Alves juega la baza de que estaba borracho
Joana Sanz, mujer del jugador, declara que éste llegó esa noche a casa ebrio y oliendo a alcohol
La defensa de Dani Alves, acusado de agresión sexual, jugó ayer fuerte la carta del atenuante por razón de estado de embriaguez, que le podría servir para rebajar la pena en caso de ser condenado. Las partes negociaron hasta el último minuto un pacto extrajudicial, pero no se pusieron de acuerdo. Fuentes judiciales aseguran que el futbolista, para quien las acusaciones piden de 9 a 12 años de cárcel, reclamaba una pena menor, algo inaceptable para la víctima. La baza que le queda ahora, si le condenan, es que el tribunal tenga en cuenta el atenuante del alcohol.
En la segunda jornada del juicio contra el futbolista (declarará hoy al final de la vista), hasta cinco testimonios ratificaron la versión de que iba ebrio: tres amigos, un empleado de la discoteca y su mujer, la modelo Joana Sanz, que tras el estallido del caso mostró su intención de separarse, pero ayer cerró filas con su marido y su familia política. Sanz salió agarrada de la mano de su suegra a la salida del tribunal. Dentro de la sala, negó haber pedido el divorcio y dijo que el acusado iba borracho la noche en la que supuestamente violó a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona. La modelo canaria afirmó que su marido volvió a casa «muy borracho y oliendo a alcohol».