Carlos Álvarez deja helado al Benidorm (37-32)

Helados. Así dejó el Abanca Ademar al Benidorm (37-32) liderado por un estelar Carlos Álvarez, que con trece goles se erigió en gran protagonista del duelo junto a Juan Castro. Triunfo importante y muy solvente de los de Dani Gordo, que han empezado esta segunda parte de la Liga con buen pie y dos triunfos consecutivos en su haber. Eso sí, de vergüenza el frío que volvió a vivirse en el Palacio de Deportes, ocho grados y 2.348 almas que no dejaron solo a los suyos.

El partido comenzó con intensidad e intercambio de golpes entre ambos equipos sin que las defensas brillaran a un nivel aceptable. En tres minutos los de Gordo ya habían encajado cuatro goles. Castro, desde los siete metros hacía el 4-4 y a la siguiente Carlos Álvarez ponía por primera vez a los leoneses uno arriba (5-4, minuto 5).

Una vez que Ademar ajustó los espacios y subió ligeramente las prestaciones atrás, el equipo pudo correr y encontrarle los puntos débiles al Benidorm. Así fue cómo Oliveira colocaba un +3 nada definitivo, pero cuando menos alentador (8-5, minuto 8). Castro, siempre Castro, andaba fino y cuando no era un pase ganador, era un gol. Los levantinos, algo aturdidos por la claridad de ideas del capitán pidieron tiempo muerto en el 10 para detener la buena dinámica marista. O eso pretendían, porque tras ese parón hubo otro parcial de +2 (11-7) y de paso Ramírez por Saeid en portería.

De la igualdad inicial se pasó a un dominio no aplastante, pero sí claro del Ademar, que movía rápido la bola en ataque y sumaba, poco a poco, voluntarios a la hora de anotar (14-9, minuto 16).

Carlos Álvarez conectó con Alberto Martín un pase al pivote magistral que le colocó, junto a Castro, como uno de los grandes protagonistas del primer tiempo, aunque todo el bloque de Gordo estuvo serio y concentrado, también cuando llegaron los cambios. Bien Santista, Popovic y Wasiak en defensa, secando la primera línea del Benidorm y notable Ramírez bajo palos. Sólo algunos tiros precipitados empañaron una de las mejores versiones del Abanca Ademar esta temporada, con intensidad, concentración, acierto goleador y grandes jugadas colectivas (21-13).

Quedaba la otra mitad, refrendar esa superioridad que desbordó por completo al Benidorm y de paso demostrarle a la afición que tienen razones para la esperanza. Gordo varió poco los planes porque lo que funciona no se toca y los suyos le respondieron sin fisuras (23-15, minuto 35) defendiendo cada variante ofensiva planteada por Benidorm. En ataque, Castro afinaba la sinfonía con Oliveira en el papel de solista. A falta de Milosavljevic, buenos pueden ser sus tiros exteriores.

En el 40 de encuentro el Ademar rozaba ya la treintena de goles, un dato nada desdeñable. Quedaba un mundo, pero lo cierto es que la victoria de los leoneses caminaba con paso firme hacia el bolsillo. Los jugadores, más que nadie, notan esa superioridad y por momentos se permitieron bajar una marcha, sobre todo en defensa. Lógico. Aunque ojo, porque el duelo entró en una fase bronca, de desconexión local y desconcierto que colocó a Benidorm 30-24, con doce eternos minutos aún por delante. El técnico marista lo vio venir y pidió un tiempo muerto más que necesario.

En el 50 Benidorm convocó de golpe a todos los fantasmas y el Ademar se quedó congelado. Seco a nivel goleador y lento a la hora de bajar a defender, el 31-27 metió el miedo en el cuerpo a más de uno. De nuevo Castro en un lanzamiento inverosímil y Oliveira con un cañonazo calmaron la tormenta que se avecinaba presta hacia el Palacio (33-27, minuto 54).

Ademar jugó con el marcador, alargando lo más posible sus acciones ofensivas y anestesiando al Benidorm. El triunfo se queda en León. Dos de dos en esta segunda vuelta. Algo está cambiando.