La caza menor en 2024, con más ilusión que certezas
La media veda será el termómetro para calibrar si mejora a partir de agosto
PESCA Y CAZA
Apenas ha pasado mes y medio desde que la temporada de caza menor bajó el telón. Lo hizo entre nubes y claros aunque quizás, y es algo que no desea nadie, con más de las primeras, algo que se esperaba y que se está convirtiendo en los últimos años en una tónica común.
Para este 2024 los cazadores esperan que la situación pueda mejorar aunque es más la ilusión que las certezas lo que abriga su pensamiento. A cinco meses vista de que la media veda tenga sus semanas de desarrollo en la Comunidad las previsiones aún pueden errar y en muchos de los casos son más especulaciones que realidades. El tiempo cambia mucho y también los condicionantes que pueden hacer que la temporada de 2024 sea mejor que las precedentes o mantenga ese curso errático y a veces insuficiente en cuanto a las perspectivas fijadas.
Conejo y paloma han sido en cierta medida las piezas que han salvado la cara a la pasada campaña. En el primero de los casos sin ser de una manera holgada en cuanto a su puntuación y en el segundo como recurso para aquellos que no han tenido la suerte deseada y esperada en sus jornadas de caza.
El resto se puede decir que ha tocado repetir e incluso afrontar el examen de recuperación si tratamos de hacer una similitud a nivel académico.
Liebre, perdiz y codorniz no han estado a la altura en cuanto a presencia poblacional y eso ha llevado a sumar jornadas, más de una y dos, en las que las perchas con ellas como trofeo se han quedado desiertas o presentado un aspecto paupérrimo.
Eso es lo que ha sucedido en la última temporada de caza menor y antes con al media veda. Bien es cierto que nada está escrito y que de un año para otro pueden variar cosas, pero sería algo inusual y también una auténtica sorpresa que ese aprobado raspado se convirtiera en un notable a la hora de hacer balance.
Toca esperar unos meses para empezar a calibrar por donde va el camino. Una espera en la que los cazadores cruzan los brazos en busca de que esa frase popular de que ‘cuando llueve luego escampa’ pueda hacerse realidad en el caso de la caza menor. Y en el escenario concreto de la provincia de León.
A partir de agosto el examen empezará a tener sus primeras notas de cara al balance final.