Real Madrid 3 Manchester City 3 Los blancos empatan en un choque en el que perdonaron tras remontar el prematuro gol de Bernardo Silva y que igualaron con Valverde
Locura, tablas y todo abierto para Manchester
Fútbol | Liga de Campeones
La vuelta, en su casa
Real Madrid y Manchester City regalaron un partido trepidante (3-3) en el Santiago Bernabéu en el que la victoria pudo caer de cualquier lado, pero que acabó dejando las espadas en todo lo alto. Golpeó primero un City disminuido por las bajas y respondió el Real Madrid por partida doble presumiendo de lozanía. Pero los blancos, vigorosísimos antes del descanso, recularon a vuelta de vestuarios y vieron cómo el vigente campeón de Europa penalizaba su calculador planteamiento en la segunda mitad. Foden y Gvardiol asomaron al abismo al catorce veces rey del continente con sendos trallazos desde la frontal. Mas el cuadro local aún tuvo un arranque de orgullo que sirvió para evitar males mayores firmando las tablas antes de rendir visita al Etihad. El conjunto de Carlo Ancelotti deberá cambiar su historia en un recinto en el que nunca ha ganado y que lleva 29 encuentros consecutivos de Champions sin ver hincar la rodilla a su equipo. Un desafío mayúsculo, pero no imposible para una escuadra que ha cincelado su leyenda a base de gestas aparentemente inalcanzables.
Los astros parecían alinearse a favor del Real Madrid. Sin embargo, el City desmontó enseguida los augurios. Lo hizo aprovechando dos errores gruesos del Real Madrid, primero de Tchouaméni, que fue al suelo a destiempo y se ganó una amarilla que le hará perderse la vuelta en el Etihad al cumplir ciclo, y después de Lunin, que situó mal la barrera y se durmió en el golpeo de Bernardo Silva.
El tanto a balón parado del luso supuso un jarro de agua fría para un Bernabéu determinado a apretar las tuercas. Con el techo cubierto y los decibelios por las nubes, la liturgia resultaba impecable, pese a la disonante puesta en escena. Nervioso por el tempranero tanto del City, el Real Madrid pasó un tramo de zozobra, pero se levantó de la lona con grandeza. Un disparo de Camavinga que desvió su trayectoria tras tocar en Rúben Dias y confundió a Ortega igualó las fuerzas y Rodrygo, catapultado por Vinicius.
Toma y daca Ancelotti sorprendió centrando la posición de Vinicius y dejando el costado izquierdo a Rodrygo en un pleito descorchado a base de toma y daca. Siempre receloso de los atletas del Madrid, el escenario molestaba a Guardiola, que llamó a capítulo y plegó velas. Con todo, Rodrygo y Vinicius tuvieron el tercero en sus botas en una primera parte que lució a un Madrid superior partir de su enorme agresividad en los duelos y verticalidad máxima. Con Kroos empoderado, Rodrigo minimizado y Haaland asfixiado de nuevo por Rüdiger, los locales merecieron una renta mayor al entreacto, pero le perdonaron la vida al City.
Un pecado inexcusable. Porque el Real Madrid se echó atrás tras el interludio. Foden y Gvardiol ejecutaron desde el balcón del área a un Real Madrid que pagó su conservadurismo. Se trata de una corriente contracultural para una escuadra a la que se le preveía más fuelle después de nueve días de descanso, pero que ofreció signos de agotamiento a medida que avanzaba el encuentro. El mayor ejemplo fue Bellingham, un purasangre que completó su actuación más deslucida del curso. Por suerte para el Real Madrid, los de Chamartín tienen a otro puntal que resulta incansable. Vinicius, de corta mecha pero cuerda infinita, sacó a su equipo de la UCI asistiendo a Valverde para que el uruguayo rompiese la oscuridad con una volea extraordinaria.