El Erte y la SAD sobrevuelan al Ademar
Los problemas económicos que atraviesa el club obligan a la directiva a sondear diferentes medidas
La entidad leonesa necesita liquidez urgente o la planificación deportiva se verá muy comprometida
El Ademar atraviesa una situación económica crítica. Sus arcas están muy tocadas desde la pandemia de covid, pero han ido capeando el temporal a base de no crecer al ritmo previsto para esta tercera legislatura encabezada por Cayetano Franco, donde incluso se pusieron el reto de llegar al 1,5 millón de euros de presupuesto precisamente para la temporada 2024-25. Nada más lejos de la realidad. La deuda que la Diputación tiene con la entidad leonesa —en torno a los 180.000 euros solo de la campaña anterior— explica, en gran medida, que la cúpula haya citado a sus socios el próximo 2 de mayo en una asamblea extraordinaria donde pretenden ponerles al día de la situación.
No, el futuro a corto y medio plazo del Ademar no corre peligro, aunque si los ingresos comprometidos continúan sin llegar van a verse obligados a tomar medidas drásticas o, al menos, nada deseables. En el ambiente que rodea al club ya se habla sin tapujos de la posibilidad real de recurrir a un Erte. Un fantasma que ya se le apareció en 2020 a causa de la pandemia y que podría regresar más pronto que tarde. Ya lo advirtió Tano Franco a finales de 2023, con la esperanza de que Diputación hiciera efectivos los pagos por la Copa Asobal y la subvención anual. «Llegarán a principios de 2024», confirmó a este periódico el máximo mandatario. Sin embargo, algo se ha enquistado con el órgano provincial desde entonces que nadie termina de explicar. Quizá lo hagan en la junta extraordinaria.
El club depende de los ingresos por taquilla, patrocinios y subvenciones para sobrevivir cada curso. «Si una de esas patas se cae tenemos serios problemas», recordó Franco en la última asamblea de socios. Cuando se conoció que la Liga Asobal pasaría a ser considerada —de pleno derecho— como profesional, el Ademar fue uno de los primeros clubes en interesarse por los pros y contras de convertirse en Sociedad Anónima Deportiva. Una solución real para permitir que el presupuesto pudiera crecer sin límites, pero eso sí, con un peaje que en la directiva dudaban si todo el mundo estaría dispuesta a pagar. Sea como fuere son los socios quienes tienen la última palabra sobre dar —o no— el paso a ser SAD, aunque la cúpula ademarista nunca llegó a proponérselo, a pesar de que lo estudiaron. Ahora, visto el panorama, vuelve a estar encima de la mesa.
Hay una cosa clara; el Ademar tiene en estos momentos un problema serio de liquidez que, por lo pronto, ya condiciona la planificación deportiva de la próxima temporada. No habrá grandes fichajes, solo los que se puedan acometer. El resto de huecos se cubrirán con jugadores del filial.
El club dará su versión de lo que ocurre a principios del próximo mes. Hasta entonces espera que la Diputación mueva ficha al tiempo que ellos barajan todos los escenarios posibles.