Los suplentes entran en escena

En Dusseldorf se concentra el poderío económico de Alemania. La capital del estado de Renania-Westfalia reúne industria, moda, un estilo de vida cosmopolita y hasta un punto artístico que la convierten en un trajín de efervescencia y actividad apenas se pone un pie en la Estación Central, el punto neurálgico de una ciudad dividida por el río Rin donde esta noche juega la selección el tercer y ya intrascendente partido de la Eurocopa a efectos de clasificación. Albania —este lunes 21.00 horas, en La 1 de TVE —, que se lo juega todo, es el rival de una selección que dará paso a los suplentes.

La antigua cuenca minera del Ruhr es una de las zonas de Europa con mayor densidad de población, 1.334 habitantes por kilómetro cuadrado en una área que alcanza los diez millones de residentes. Apenas se divisan zonas rurales o campos de cultivo una vez que el tren atraviesa Bonn, la antigua capital de la Alemania Federal, y se adentra en esta confluencia de autopistas, obras, coches, camiones y personas que generan cierto estrés.

No es este el motivo, la atrofia del tráfico o las dificultades de desplazamiento, por el que la selección española llegó el domingo por la tarde al aeropuerto de Dusseldorf procedente de Stuttgart. Luis de la Fuente ha variado alguno de los hábitos que reinan en el fútbol: la selección no acude a la sede del partido en vuelo o tren matinal, sino que los jugadores se entrenan en su lugar de concentración en la Selva Negra y desde el aeropuerto de destino se marchan directamente al hotel, salvo el seleccionador y un jugador (ayer Jesús Navas en rueda de prensa).

Considera De la Fuente que no hay necesidad de reconocer las características o la hierba del terreno de juego o visitar las instalaciones del estadio de turno para llevar a cabo sus planes. No solo en esta Eurocopa la selección ha variado ese modo de trabajo, también lo ha hecho en los partidos de preparación para la Eurocopa y en algunos de los encuentros de clasificación para este torneo.

Un rasgo más del nivel de detalle con el que trabaja el cuerpo técnico de la Roja, muy distantes todos del runrún de la polémica que se cernía en algunos medios por la lejanía del recinto de concentración de la selección en Donuaeschingen respecto a las ciudades sede de la Eurocopa. Desde el pueblo de la selección a Stuttgart hay una hora y veinte minutos de desplazamiento para enlazar viajes.

Potente visión de futuro

Juega de nuevo la selección y cunde un interés general por asomarse a la pantalla para comprobar la destreza de este equipo en el que sobresalen algunos nombres esperados (Lamine Yamal y Nico Williams) y otros que aparecían en un segundo plano (Fabián o Cucurella). Los resultados mandan en el fútbol y obran milagros. La desidia que había en el aficionado antes de la Eurocopa se ha transformado en potente visión de futuro por las aspiraciones del equipo.